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112 : SerMON V, alí permanecerá por los siglos de los siglos::: ¡ O de- creto irrevocable! ¡qué espantoso y qué terrible eres! ¡ Dios mo se mudará jamas! ¡el pecado nose perdo- nará jamas! ¡el alma no morirá jamas! ¡el infierno no se apagará jamas! ¿Adónde acudireis entónces, po- brecillos pecadores? ¿Acudireis 4 «Dios? Es inmuta= ble. ¿A vuestro corazon? Ya es inmutable. ¿A vues= tro destino? Ya es inmutable. ¿Acudireis á los San- tos, á los Angeles, 4 la Virgen”, Madre de Dios, y Reyna de los Angeles y Santos ? ¡Ay, que tarde acu- direis! Ellos se alegrarán entónces con el vuestras maldades, viendo resplandecer la justicia de Dios en sus rectísimos decretos en vuestra muerte, despues de haber experimentado los maravillosos efee- tos de su divina misericordia, inutilizados por vues- tras culpas en vuestra vida: Letabitur justus cum vi- derit vindictam (a). No hay remedio, he: s mios: amén. todo recurso se acabó, ¡ O quántos teneis aho- 3 . le Jastimosamente pendeis! | nó: a de 5 E s > > e bd Á Pe A . lam Aro AS di PI int EG LOT 4 nuestro propósito San Juan Chrisóstomo): si la Reyna Vasthi, dice el Santo, E reflexio- nado cae la infelicidad en que iba 4 sumergirse por no e la infeliz que su marido Asuero la —e ra tan presto y tan irrevocablemente; mas sin pensar- lo la sobrevino su desgracia: Egrediatur edictum (b). Despáchese inmediatamente una órden ,en que se ha- ga saber á la Reyna Vasthi, que jamas vuelva 4 pre- sentarse -en palacio, porque habiéndola enviado á lla- mar el Rey , no quiso obedecerle; y comuníquese s- te decreto, escrito en diversas lenguas, á todas las (a) Psalm. avr. y. 11. (b) Lib labor ¿cacao

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