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88 -— SERMON 1V.' d fervof'osa que entra en su pueblo, si un accidente ino» pinado y tremendo , si una tempestad furiosa, si un rayo que cae á. sus pies los aturde por algun tiempo, y hacen detener un poco la carrera precipitada , con se despeñan hasta el abismo , esto no es otra co- de que haber oido con. los- sentidos del cuerpo estas -pavorosas voces del Señor: Verbum sapiens: audivit luxuriosus; pero en pasando de su memoria, ó desva- acciéndose de su. imaginacion aquella impresion tre- enda que causó la tempestad, la muerte , el rayo, ó la palabra de Dios, luego vuelven tu 4 sus desórdenes , y s revu lven-y revuelcan como animales inmundos en el lodazal de sus lascivias: ef projiciet illud post tergum suum. No lo dudemos, amados mios: quando un Lao” nesto se entrega por un dilatado espacio, Je tiempo su insaciable pecado, nada ve, nada oye, y todo 1 desprecia. Desprecia 4 Dios, no cido caso desu SS e áao rra estimando en nada re : desp: al Espi ricu Santo » no Sesdicas ba: pues los ge sy Santos: améndolos mé- nos que 4 su cortejo, yones sin rubor y sin ver- )Iresenc p .1N DYFrC pun= Se Y %a mA Ea o (a). E 5 d Pair RO NOTO" su alrhay perdi dol Don Si des- precia su cuerpo, manchándole con su: pecado: des- precia su hacienda, prodigándola al ídolo de sus tor- pezas : desprecia su*reputacion:, su fama , su buen nombre , y nada se le da por hacerse el objeto de la murmutacion y escándalo de su pueblo: mpius cum áp profundum venerit peccatorum, contemnit. ¡Sordera Wparablo, pues ne escucha las voces de su fama per- (a) -Proverb. c. XVII. Y. 3.

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