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S:ERMON VII. santas obras? Da mihi ani'!"as. Amado compañero mio, Dios pide vuestra _alma: ofrecedla prontamente en las ma– nos de vuestro criador y salvador : Da mihi animas: ¡ Ay de mí! D.ios pide mi alma- Pero Dios mio ; ¿ con qué cara com-. pareceré en vuestra terrible presencia, cargado de tantas cul- - pas? ¿ Cómo me atreveré á volveros mi alma, á quien tantas· veces quité la vida? JO quién hubiera siempre vivido con unas costumbres sant;ts , con una conducta irreprehensible ! Mi corazon tiembla , mis huesos se estremecen á la vista de· vnestra rectísima justicia ; ·pero yo apelo á vuestra miseri- " cordia. Arrojado á vuestros pies con todas las almas de mi auditorio confesaré ·mis pecados , detestaré mis pecados, ofreceré una nueva vida , y o_s ·di_ré con toda mi alma : fn manus tuas ;ommmdo spiritum .m~um. ( t '(' e ' . ;·; , ,· . . , ! . l. / •, ' . .. .. .,. .. t,i .. { -~ ... . 1 79 SERMON · VIII. e o N T R A EL :Es C Á N DA Lo. Vte mundo d scandalis. S. Mátth. c. xvnr. v. 7. ¡ Qué horror! ¡-Qué confu~ion ! ¡Qué cruel~ad ! Llé– na1_1se las cárceles de inocentes , llévanse los santos a.l su~ plicio , las carnes de los siervos del Altísimo quedah sin se– pultarse en los campos para p asto y alimento de las fie• ras : ¡qué barbaridad! Tiénese por delito el nombre-de chris– tiano , la confesion de la ley de Jesuchristo es todo el cri~. men de los márJ:ires. Persígue1ilos:, arrástranlos 1 azótartlos, desquartízanlos , y en las calles , p1azas , campos , rios y mares no se ven sino arroyos de s::ingre , cuerpos ·despeda– zados , y expectáculos admirables á D ios , á los ángelei y los hombres. T óledo mira espirar entre las duras cadenas de sus cárceles á la piadosa Leocadia. Alcalá ve cortadas en sus campos las inocentes cervizes de sus dos ínclitos ni– ños Justo y Pastor• .fyférida y Barcelona se inJmdan con la sangre de las famosas Eulalias. Sevilla es el patlbulo en .que acaban la vida las dos bellísimas hermanas Justa y Rufi– na. Calahorra ofrece doce víctimas en doce hijos dei gran Marcelo. Zaragoza ve despedazados á los Marciales , Fe– lizes , .Primitivos , y dema:s innumerables Mártires que la ilustran. ¡ Válgame Dios !- Ni la distancia de las provin– cias , _ni lo apartado de los reynos , ni lo remoto de las naciones , ni la soledad de los páramos y bosques , ni lo .incultQ de las breñas : F rancia , Nápoles , Inglaterra , Itá– lia , Alemania , el mundo todo , amados ·oyentes mios, para deci rlo en una palabra , apénas presentaba en los,.pri– meros siglos del evang~lio mas que unos crueÍes , bárb.aros Z2
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