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1s2- S.tRMON vr. · espantado con la e~pada de la divina justicia que amenazar& tu impenitencia , 'y castigará tu mala vida ,- y _desesperadd á la puerta de la eternidad infeliz , adonde . entrarás pa~ ra nurica mas salir , apénas se pase aquel momento. Almas– justas , damad vosotras , y el Señor os oirá : clamad vo– sotras , y el Señor nos librará de todas estas formidables tribulaciones : Clama'Verunt jtuti, et Dominus exaudi-vit eos: . et de omnibus tribulationibus eorum libtra'V# cos e~)/ Clamad tambien vosotros pecadores d~ mi alma , clamad desde el profundo pozo del pecado en que os hallais su– mergidos , y las paternales entrañas del Dios de toda con-: s'olacion escu~h$lrán vuestros gemidos; y os sacarán del pow der de todos vuestros enemigos_ que rabios.rmente preten-. q.en vuestra eterna perdicion : Clamate in coelum , ut li– beremini de manu inimic01·um 'Vcstrort,m (b). Apénas su– ban nuestras lágrimas á 'los cielos, a-quel gran Dios nos fa– vorecerá , nos socorrerá , nos librar.á de todas nuestras- an– gustias y penalidades : sí amados oyentes mios. Este buen Dios que no quiere la 'muerte del pecador,· sino que se convierta y viva, ofrece , si mudais la vida, promete, si ,mejorais vm;stras costumbres , sacaros· de todos los apuros , tormentos. y trrbulaciones de aquel último y– formidable momento : Liberaba te in die ilttt, ait Dominus,, et non tradéris in manus 'Virorum, qttos tu formidas : ·sed· eruens libera'Uo te (e). Y o, Di0s omnipotente, dice este ama– ble Jesus, te libertnré , ó pecador, . en aquel último n10-, mento de los· tormentos de tu concienéia. , de las tentado:..· nes del demonio, y _del temor de la eternidad: yo envay~ nando la .espada de mi justicia usaré de · misericordia con- · ' 1 ' • {a) Psalm. xxXIn.' v. 17. (b) Lib. 1, Macab. c. xic. v, 46. (e) Jerem. e, xxxu.y. 17._et. 18. DEL MOMENT, DE QtJIE DEPE:ND. LA ETERNID, 15,.3 ci'go ,, si observando tú mis mandamieut..es 't:'umplje·ndo mis precept-os ; .tbéJttecieses el pécado, Confesases el pecado, hiJ cieses frutos dignos de penitencia por el pecado : Libera• b<> té in die illa·, aif- Dominus. Y o te protegeré , ó alma · jus,ta , ·dicé el Señor , en a-qael (tltimo y terrible instante~ Si tú ' trat-a·ses eficazmente de santificarte mas , de aprov-e– charte mas de mis gracias, de poner e11 práctica mas fielmente mis auxilios, y de adelantarte en la observancia de mis conse– jos; Liberaba te in die itl4, ait Dominus. Pecadorei., ¿ lo ha.– beis oido? Justos , ¿ !o habeis escuc;hado ? ¿ Qné resolveis á las tiernas voces de J esus crucificado~ ! Querreis unos perma– necer muertos en la culpa, y otros quedaros detenidos en vuestra perjudicid tibieza ? Si así no lo quereis , ¿ cómo no confesais vuestros pecados, cómo no levantais el grito hasta el cielo pidiendo misericordiá , y entablando una bue– na vida ? ¿ Cómo desterrando 1'a frialdad de vuestro espí– ritu , no rilejorais vuestras costumbres . con una vida mas exacta , mas pura , fervorosa é irreprehensible? Si así 1() hicieseis pecadores , contad seguramente con el amparo del Señor. Dias vendrán, muy en breve, en que os pueda de• cir: ¡}fcmmto quod Jibet~a-vcrit te Dominus De_us tnu, (a). Acuérdate, pecador, de aquellos tristes tiempos en que vi– vías esclavo de satanás , enemigo de Dios , despojado de su grada, desheredado de su gloria , y entiende que tu Dios , .Y tu Señor , es quien te sacó de tanta infelicidad: sabéselo agradecer. Justos , ente11ded tambien vosotros que Dios perdonó vuestro pecado, que os híl- mantenido en su grada , dado sus sacramentos , tomunicado sus luces , y enviado del cielo el socorro para defenderos de todos vues- / tros enemigos: Habuimus dr fotlo auxilium, rt Hbcrati su- (a) Dcutcroo. c. xv. v, JS• TOM, III. y
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