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"1-~ · : SERMON quiero suplicar postrado en tierra, y pegado mi t'ostro e el pol-vo ,-á todos los predicadores ·, que nunca suban " púlpito sin hab.erse dedicado á la · oracion , y clamado t4 toda la /1!-et·za de su espíritu á los pies 'de Jcsuchris.to "ot d _,,. d . d . 'Íl/c cona a a .su 'V.OZ una 'VOZ e ·rnrtu , para que pase dr,. de los oídos de .los circunstantes ·al corazon ~yen él obre , • f • d T • . IJt rests encza e .as pastones tod9 qnanto quiera . su di-vi Magotad..En_cendido en estos santos destos, limpia la e: ciencia , ceñillQ et cuerpo · . con alguna mortijicacion , j 1,. -vantado el espíritu á procur.ar la mayor gloria de Díic J la safoacion de sus hermanos, con la intencion mas pur entréguese todo á los afectos de su coraz01t, ·teniendo~ Jcstl.(,hristo crúfijicatJo e.n sus ma.nós; Háblclc mas c()n ,.: conazon que con la -lenz_ua :· ,tnas con lágrima! que con pa, labras. No las busque compuestas, ni aliñadas: todo ¡ 1 contrario. Las mas humildes son las ~as propias: ¡ 41 mas -settcillas. J' · afectuosas s.on las mas eji.caces. 4me á sus oymtes ~- J. ,l corazon ·hablará..Ame á Dios, J' á~dospara Dios, y este Padt-e de las misericordias las usará con el predicadr;r y los·oyentes. Así sea. . .Ténga5e ~ntendida es'ta importa~tísima advertencia para todo a'cto de coi1tricion. · . . . ', ,. , .... ,. SERMON III. 49 DEL CARÁCTER DEL CHRISTIANO. Quis IS I ut responsum demus his , quz miserunt nos ? S. Joann. c. i, v. 22. Asombrados los judíos que habitaban en· J erusalen de la vida extraordinaria de san Juan Bautista, cuya habira– cion era un desierto, cuya comida langostas y miel silves– tre , cuyo vestido una piel de camello_! y cuyas costu~bres eran irreprehensibles y santas. , le enviaron· con los fanseos una solemne embaxada , para .que les dixese quien era : Quú 1 1s ? i Quién eres hombre prodigioso , le preguntáron ? ¿ Eres Christo? ¿ Eres algun profeta enviado de Dios para anun– ciamos su palabra, y hacernos entender su voluntad? Quis 11 , ut responsum demus his, qui miscrunt nos? ,¿ Qu.é res– puesta das á nuestras preguntas , para que podamos dar razon á los qúe nos han enviado~ ¿ Qué dices de 'tí mismo,? Quid ,li&is de te ipso ? Esta es la· misma pregunta que ven– go yo á haceros esta tarde desde esta cátedra del Espíritu santo. Al miraros sumergidos en el mundo , siguiendo las má– ximas del mundo, olvidados de la santidad de vuestro ca– rácter y estado , arrastrados del ímpetu de vuestras pasio– nes, y lastimosamente sujetos por el pecado al imperio del demonio , vuestro comun enemigo , no podeis extrañar que yo os pregunte quien sois, para poder dar:· razon al .Rey inmortal de los siglos que me envia á vosotros :. Quis es, ut responsum demus hz's, qui miserunt nos? Creedme, ama– dos mios : mas os valiera saberme responder con las obras . á esta pregunta , que penetrar la grandeza y movimiento de los cielos , las <¡ualid~des é intluencias de los astros , el l'OK, lll, G
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