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•• .. 40 S.&Rl,!ON II. . para tí cielo si eres avaro , lascivo , murmurador, 1adron '6 vengativo, ¿cómo no te enmiendas? ¿ Cómo no dexas esa fos. civia , que te · a.bras·a : esa venganza , que te arrebata : esa munnuracion, que te condena? Estais escuchando que el pre. dicador declamá contra los escándalos ; y luego decis que tie. ne razon : él dice la verdad , porque el escandaloso es- un~ peste de la ·repüblica : es un instrumento del demonio , para arruinar y echar á perder las almas de sus próximos. Pues desdichados , si el mismo Jesuchristo llena de anatemas al es. candalos;o : Vte ~omini illi , per qucm seandalum 'Vmit ( a), z.por que no dexa1s esas entradas en esa casa , esa comunica. cion con_ ta~ persona , ese luxo , ese tre~, esa pompa con que escandalrza1s al mundo , gastando pródigamente los caudale~ que os concedió el Señor, en juegos, en b~yles , en teatros, en cómicas , en toreros y en otros excesos no ménos repre. hensibles 1 Estais oyendo q~e el predicador truena contra los odios y enemistades, como cosas reprobadas-~r :Dio~; y luego decís que tiene razon : él dice el evangelio ; escrito está : con la misma vara que midieres , te medirá el Señor ; y_ si no per. donas, tampoco te perdonará su Magestad. Pero hbmbres ,cie– gos , nmgeres'locas , si el evangelio dice: Judicium enim sine misericordia illi, qui non fccit misericordiam (b): que no es– pereis en Dios misericordia, no usándola vosotros con vuestros próximos , i cóm~ mai1ten~is es~s rencores , esos odios , esas ·enemistades , hasta perpetuar en las familias las discordias~ En pocas palabras lo diré , pa;a no molestaros con una pr~ lixa enumeracioñ : si no ruicemos otra cosa los predicadores, que poner á vuestra vista los mandamientos de Dios, como quando Moyses se los presentó á los israelitas en las dos ta– blas de piedra , e!} que el mismo Dios los babia escrito : si (a.' S. Ma.tth. e, "'·1u. v. '1· {b) Jacob1' e 11 v 13 ~ ..... 1 • • • • Dx I.A PALABRA DE Drns. 41. • ·nfesais como regla de fe y verdad eterna, ., 050 rros mismos co , . · ra salvar ha de guardar los mandam1ento1o ~d~~~ ' . . de la ley de Dios, ¿cómo despues de haberlos declarado, s1 o~· . , vuestras casas si indagamos vuestros pasos ' .st segulmos a ' averiguamos vuestras acciones , no vemos mas_ que u~os nue- . \'t que danzan como los otros antiguos, a la pre- vos 1srae l as , ' . · d-1 'd 1 que cada uno se ha formado? El dmero .es el senc1a c;-1 1 ° 0 · • • . • di . d nos : de otros el vientre y la lasc1v1a : unos sacnfi- os e u 'fi , . can su alma al demonio de la venga_nza : otros; s~cn can a sm l . a lengua el honor y reputac1on del proxuno : unos se roa 1gn . . . . h en Una vergonzosa ociosidad y pecammosa om1S1on, enmo ecen . deteniendo las causas : suspendie'1do , ó no dando el .debido. curso á los negocios : perjudicando á los litigantes , y -ener– vando sus justos derechos : otros admiten regalos, exi:gen des– mesurados derechos, cometen simonías , tratan en usuras , y en vez de ver reynar á J esuchristo y su evangelio , triunfan las pasiones y el espíritu .del mundo. ¿ Qué nos queda ya que hacer sino, imitando á Moyses, romper las tablas de la ley? ' d' ' 1 Quemaremos el evangelio,, en lugar de pre 1caros e; y sus- pendiendo la explicacion de la ·inmaculada ley del Señor, ha-. remos pedazos los sagrados_ libros , en donde está contenida. Durus est hic seNno, et quis potesi ettm audite(a)? Di– reis acaso que esto es mucho _ apretar : es Y·erdad , yo os lo confieso ; pero perdonadme vosotros esta dura necesidad~ per– donad el deseo que tengo de vuestro bien , y de que os apro– vecheis de la palabra de Dios, que ha tantos años estais oyendo para vuestra propia condenacion : perdonadle vosotros , que sois el único objeto de· mis cuidados , d,e mi solicitud , dé mis penas y mis trabajos : vosotros , digo , de quienes depende en gran parte la dulzura de mi vida. ¡Ay amad.os mios , qué sen~ (a) S. Joann, c. v1. v. 61. . . \ TOM, 111, F
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