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:4-06 . SE;itMON xvu. particular de ·chri~ti'anos , .hijos de nriá misma· santa lgl · • unidas por la circunstanda del conocimiento, de la amistad e~:i páysanage , de la veciadaJ : unidas por la relacion del pa~cu– tesco. Sí , hijos : esa voz triste que escuchais , es la voz dl: vuestro padre : de ese padre á quien sois deudores de ·vu~str;t ·vida , de vuestra educacion· ,. de vuestros bienes , de vuestra fortuna : de ese padre , que ¡¡caso por haberse afanado ·cOjl de– ,masiado ardor en haceros felizes , ahora siente la tard:mza del bien etern© que espera : -~s la voz melancólica de vuestra ma- . dre , j ó hijas ! de esa madre .que -os llevó nueve mese~ en s~ vientre , que os dió á l~z con gravísi_mos dolores , que os crió con innumerables cuidados, que os.acompañaba á la Iglesia,~ á la misa~ al rosario , á recibir los santos sacramentos ·, que os· apartó de las malas compañías , y dió tantos y tan salúdables cwnsejos: ese padre y esa madre son los ,que se lamentan, y dicen : Quando· -veniam , et apparebo ante f acián D ei! ¿ Quándo estaremos en la presencia de Dios? '¿Quándo? Pron– tamente, responden los buenos hijos; porque vednos aquí que vam0s á mandar ha'cer sufragios P9l'.;, vosotros , á oir misas por vosotros , á ganar · ihdulgencias por vosotros, á dar limosna _por vosotros , con que saldreis inmediatam~nte de vuestra ter• rible carcel , y cesará vuestro duro padecer. Sí , Dios mio, dicen los buenos_hijos : In te spera71erunt patres nostri : spe· ra7Jerunt, et liberasti eof ( a) : ,en tí han esperado nuestros pa– dres-: á tí hemos acudido .con fe viva sus hijos ; y tú , Señor y Dios altísimo , los has puesto en libertad. ¡ A y. de nosotros , dicen otros afligidos padres en el pur– gatorio! . ¡ Ay qu~nto - aflige · nuestras almas esta esperanza que se c.litata (b) ! Quando 'Venia1tJ! ¡Ay. gué felicidad. tan (a) Psalm. xxx. v. 5. (b) Spes ,,'lute dijfertur 1 afjligit ani"!am. Prov. c. xm. v. u. • DE ANIMAS. 4c.7 grande hay e11 el cielo! ¿ Quándo la lograremós? Los pa– triarcas nos aguardan , los profetas nos esperan , los após– toles nos dese;ri , los mártires , confesores y vírgenes quie": ren tenernos en su amable compañía. ¿ Quándo-ser.á aquel dia dichoso de nuestra felicidad? Nosotros no podemos abre-· viar el plazo; pero pueden nuestros hijos : á ellos nos conver• tiremos. Hijos mios muy amados, quando -vmiam, et ap– parebo ante f aciem Dei? Esperad , y volved á esperar ( responden los malos hijos), que nosotros solo pensamos en divertirnos con ·1os placeres y entretenimientos de la .vida, en disfrutar la h:icienda que nos dexasteis, en habitar la casa que e~ificasteis. ¡ Ay_ ! repiten los pobres y afl!gidos padr~s.:· Expectabam bona , et 'Venerunt mihi mala : prd!stolabar lu– um, et erupérunt tenebra: (a): esperabamos el bien del alivio, y nos ha venido el ma.l de u~ nuevo tormento : esperaba– mos conseguir por las oraciones de nuestros hijos las luces ee la gloria , y nos hemos vuelto á sum·ergir en ·las tinie– blas del purgatorio. ¡ Ay ! ¡ quánto se dilata ~mestro cauti– verio por la tibieza de la fe de nuestros hijos, por su in• sensibilidad á la vista de nuestros tormentos! Pero ¡ay! que allí se escucha la voz lamentable de una muger que se queja de su marido: de un marido que se queja de su mnger : de un .hermano ; ~e un pariente, de un amigo que se lamentan del olvido de sus her.roanos, d~ sus amigos y parientes. i P ara qué afanamos tanto en la casa 1 iA quién dexamos el goze de nuestra hacienda~ iAque– llá hacienda que nos costó tantos cuidados el ma-ntenerla , y á nuestros padres tantos sudores el adquh·írla? A unos hom– bres ingratos 1 á unas mugeres dese<mocidas que apénas cer– ramos los ojos á la vida , qnando se olvidáron de nuestros (a) Job, c. Xll, v. ~6. '

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