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380 SERMON XVI. infeliz muger con quien vivian mal entretenidos , dexar ·las ocasiones del pecado , confesarse contritos y arrepentidos t y aplicarse al cumplimiento de las obligaciones de su estado! ¡Qué exemplar para las muger~s amantes de la vanidad, y seg_ui– doras de las máxímas del mundo, mirar á tantas otras vestir con honestídad, huir de los hayles y los teatros, abandonar los cor2 tejos , ayunar con freqüencia , dedicarse á la oracion ,. visitar los hospitales, dar limosnas, gobernar con prudencia su casa, aplicarse á la labor, amar y respetar á su marido, á sus padres y á sus mayores, y edificar con una conducta irreprehensible toda su familia! ¡ Dias felices! ¡ Momentos dichosos! que no h.111 tenido semejante en toda la carrera de la vida. Pero como en otros tiempos la fragilidad humana, las pa– siones y los malos exe~plos os hiciéron retroceder de aquel camino recto que os dentarcáron vuestros confesores,- y que vosotros empezasteis á aHdar : así ahora debeis tener entendi– do que se desvanecerán vuestros propósitos , se aniquilarán vuestras resolu~iones , por mas constantes y firmes que os pa– :rezcan; si no trabajais en perseverar en ellas , haciendo fren– te á vuestros enemigos , y pelea.ndo con las armas de las virtu"'. des para derrotarlos. Creedme : apénas salgais de la santa mi– sion , qnando el demonio os acometerá , ya como un leon ru– giente , rodeándoQs noche y dia para devoraros , ya corno una astuta.serpi~nt.e se e1:irc~scará con mil artificios , os armará mil lazos , y ·dispof-1.qrá mil tr :opiez.os pera perderos. El demonio, ya por sí mismo con vehementes tentaciones , ya por medio de sus ministros y vicegerentes los ociosos , los lascivos , loi murmuradores y los escandalosos , pretenderá apartaros de aquel santo método de vida , que ·ahora en .ila mision habeis entablado ; pero vosotros e a) J 'fJigilau , et orat, ' ut non in- {a) S. Marc. e:, XIV, v, 38, • D:E r.os BIENES DE LA. PEitSEVERANCIA , &c. 38, tretis in ientationem :. aplicaos á la oración, y con ella desar– Jnare.is todas sus astucias , vencereis todos sus acometimient<)~~– y triunfareis de todas sus sugestiones. Cada .mañana ofreééd. á Di6s , apénas os levanteis , vuestras obras , vuestras pala– bras ., vuestros pensamientos' vuestro cuerpo y vuestra alma c<:>n los mas vivos dese_os de conformaros con s_u adorable vo– lÜntad , de observar sus mandamientos , de llorar vuestros pe– cados ' de !ecibtr con un espíritu de verdadera penitencia to– dos los trabajos de aquel dia , y de cumplir todas vuestras obligaciones. Asistid' luego á '1a santa .misa con fe, devocion, compostura y silencio , y aplicaos despues á vuestro trabajo, procurando levantar el espíritu á Dios algunas veces entre dia, para ofrecer lo que esteis haciendo á mayor gloria de su Magestad , y satisfaccion de vuestros -pecados. Rezad por la noche con toda la familia el santo rosario , diciendo á lo ulti– mo los actos de fe , e~peranza y caridad. Amonestad á vues– tros hijos á temer á Dios , á huir el pecado y á observar los divinos mandamientos ; y examinando , ua poco ántes de re· cogeros , vuestra conciescia , pedid perdon á ·Dios de los de– fectos de aquel ~fl , y acostaos en paz , considerando que aca.:.. so desde aquella cama , y en aquella misma noche pasareis al tribunal del Señor. Procurad ayunar los viérnes ó los sábados: asistid los domingos á la misa mayor , para oir la explicacion. del evangelio de boca de vuestro párroco : visitad por las tar– des el santo hospital ó algun otro pobrecillo enfermo ; á quien segun vuestra posibilidad dareis una li.mosna : confesaos cada mes ó ántes , segun lo ordenare vuestro director espiritual: haced cada año una confesion g·eneral de todos los doce me4 ses ; y si podeis. retiraos á unos exercicios espirituales , y per– manecereis constantes y firmes en el bien, á pesar de todas las tentaciones del demonio,