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3~8 . _ _ SElU.WN XV. . _ y el estado; y .costumbres malas que establecen -la igno– rancia _y grosería de los hombres, el capricho. de un ciego populacho , ó: el desarreglo de la vi~a. Dixe, y vuelvo á repetir , que las· primera_s deben seguirse , las segundas rec– tificarse ; y desterrarse las terceras , por mas que se hallen ·- euablecidas con la duracion de muchos siglos , y el con– sentimiento de las gentes. Esta es una verdad palpable , y que se dexa conocer sin dificultad de todo entendimiento , li– bre de preocnpaciones y errores. Sin embargo , los peca- · dores , contraviniendo freqüentemente á estas leyes eternas é invariaoles , pretenden tranquilizar su conciencia á la sombra de varios pretextos que alegan. Vosotros los escu– chareis atentamente, y desvanecereis conmigo á la-luz de fa. razon y la fe. · · Vivo segun la multitud: primer pretexto, ó primera ex:-· cusa con que pretende tranquilizarse un pecador. B~en razo– namiento en materia de fe ; pero frívola excusa en materia de costumbres. Afirmo con san Agustín , que es un rai;onamien– to sabio y ju¡'cioso , acomodarse á lo que hallamos universal..; mente creído entre la multitud de los fieles : Multitudini ' credmtium difertur. Porque en materia de fe debemos con– formarnos á. -la mas grande y i:pas visible autoridad , qual e$ el consentimiento de los pueblos y los pastores : ya sea quan– do los miramos legítimamente juntos en las respetables asam– bleas de los concilios generales : ó ya quando los ;vemos sepa· ·rados , pero con la mbordinacion y dependencia debida al vicario de Jesuchristo y sucesor de san Pedro : Mu,ltitudini eredentium dif értur: ¡ Infelices de aquellos que en materias de fe pretenden seguir su espíritu particular , sus engañosas luces y sus caprichos extntvapantes ! Ellos se despeñarán infa– liblemente en el error , apénas se separen de la multitud del pueblo y pastores que forman la Iglesia santa de Dios con una CoNTllA LAS MALAS CosTUMBUs. 3 69 misma creencia de las verdades eternas. Pero en hecho de cos~ t~m1bres , la excusa que se funda en la multitud , es entera– mente frívola y despreciable. Y o no necesito mas juezes que • vosotros mismos para evidenc.iar esta verdad. Decidme, el pu– dor , la modestia , la humildad- , la caridad , la fidelidad , la inocencia , la penitencia , ¿ es patrimonio de la multitud en el mundo?,.-¿Qué respondeis? Ya sabeis tambien que sin las vir– tudes es imposible salvarse ; ¿ pues cómo pretendeis seguir la multitud , quando ingénnamente confesais ser , poquísimas las personas verdaderamente virtuosas? ¿No veis que esto es un error bien ~anifiesto i J esuchristo .dice : muchos son los lla– ma.dos, y pocos los escogidos (a). El mismo Señor vuelve á decir : que es ancho el camino del infierno ; y que son muchos los que le andan : y que el camino del cielo es · estrecho; y son poco~ íos que van por él (b). El Espíritu santo afirma que el número de los necios es infinito (e). Todos los sagrados li– bros fulminan ·horribles anatemas contra la· multitnd; i y tú ¡ qué necedad! ¡qué locura! quiéres abroquelarte con su escu– do~ .Pero haceis muy bien: seguid la multitud; y quando en el formidable tribunal del Omnipotente clamen contra vo- 1 I sotros las promesas solemnes del bautismo que habeis ~iolado, los preceptos del evangelio que habeis omitido , responded á J esuchristo que otros muchos hiciéron 'lo mismo que voso– tros. Quando os acusen contra los mandamientos de Dios, contra. los preceptos de la Iglesia, contra las obras de mise– ricordia , y las omisiones de vuestro propio estado , decid que así han vivido otros muchos , y que vosotrns hacíais lo mismo . que ellos ¿ Qué os' parece? J:?ecidme vosotros , que habeii •' ~ . ~ (a) Mu/ti enim --su11t vocati, pauci vero electi. S. Matth. c. xx. v. ~6. (b) A 1·cta est via, que ducit ad :vitam : et pauci sunt, qui inve– niunt eam. Idem , c. vn. v. 13. · (e) Stultorum infinitus ·est numerus. Eccles. c. 1. v. 1s, TOM, IJI. Aaa
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