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SERMON XV. co juegos, en galas , en bayles, en placeres . pr d' . . • • e 1quese 'iuaota se qmera que ·esta vida es opuesta á las bl' o iga- . d'lb. ' ' l '~ c1oi;iesd. e _a_u~1sm 1 o 1 _, <:ontrana a as max1mas del evangelio, contra 1ctona a a ey de Jesuchristo: nada importa; la le de la costumbre se ha de seguir: Nos legem habemus. i si por eso se pierden las almas , se conde~an las gentes . 1 y arruman os caudales , las casas y los pueblos , piérdanse · I ' • J arrumense, y mueran segun la · costumbre : Et secundun¡ legem nostram debet mori. ¡ Infeliz de tí torrente impetuosc, ~e l_~ cost~~bre ! ¿ quién podrá resistirte , decía S: Agus- . tm·? V,,e tibt _ftttmen humani morís ! quis resistetr Así anatematizaba este gran· padre á la ¿óstumbre mi- . . ' rándola 'triunfar en el .mundo' de las .fatigas de los minis- tros ·de J esuchristo·, de los desvelos de la ·Iglesia santa , 1 de los repetidos oráculos de las divinas escrituras. iCon quán- . ta, mas razoa, viendo yo el ma.J · mas incurable , las ··costum– br~s 'mas inveteradas ' deberé décir á lo~ ciegos que la 6iguen. V,,e tibi ! Gentes de autoridad , y distinguidas por la ·grandeza---de v'uestras riquezas , por lo ilustre de vuestro na: cimiento , ¡ ay de vosotros , si los caudales que depositó Dios en vuestras manos , los prodigais, como hasta aquí , en có~ micos , en cómicas , . en toreros ,, en · galas , en fu~gos y en lascivia·s !••¡ Ay de 'vasotros los que abusais del poder! Vi-:– vid firmemente persuadidos que· -los tormentos éternos ven– garán la injt~ria que huceis á Dios y_ á los hombres , pro– -digando unos bienes tan ·quantiosos. Vti tibi_! ·¡ Ay de voL -sotros , señores de justicia , si · la balanzá de Astrea la iu- dinais ácia la pasion , ácia el empeño , ácia el -paisánage, ácia el parentesco y ácia la amistad ; en vez de arrancar las malas ~ostu11;1b_res que. el interes , la •adu-la~ion , y el temor servil han mtrodnc1do entre los hombres! Vd tibi! ¡ Ay de vosotros sabios que empleais toda la fuerza de vuestro CoNTRA LAS MAi.AS -CosTU.MRREs. _3 67 t espfritlt · en ridiculizar la virtud ' y ap.licais toda)a supe– rloridad de vuestros talentos en desterrar del trato de.g~n""'. tes aquellas santas precauciones qne mantienen el pi1dor ,;-Y; defienden la castidád ! ¡ Ay de vosotros ·que introducis.. con· vuestro lenguage· atrevido un libertinage , un d~sarreglo ~n: las buenas costumbres , qu e va lastimosamente cundiendo por todas partes con detrimento universal de la piedad y la. fe ! Vd tibi ! ¡ Infelices de vosotros padres y madres de fa– milia , si imitando. la costumbre de, tantos otros de vuest~o estado , abandonais el cuidado de vuestr~s hijos , dexándol~s sin instruccion en su niñez , sin destino en su juventud, y. que sigan dominados de sus pasiones toda la carrera de su vida , hasta que con· vosotr-0s abrumados del peso de su~ maldades desciendan al abismo ! Vre tibi ! ¡ Infelices de voso– tros maldicientes, murmuradores:,. avaros, soberbios, lasci– vos , y qu:mtos por una freqiiente circulacion de pecado~ J: malas confesiones , vivís sumergidos en el abominable ce– nagal _de las malas costumbres : infelices de vosotros sino salís , al escuchar la palabra de Dios , de vuestro lastimoso estad.o ! Tened, ó pecadores , entendido que os esperan unos tormentos eternos que Dio.s tiene preparados á lo~ que oh~ ~ervan las malas costumbres del mundo; porque la cos– tu!}1bre á nadie justifica , como lo he evidenciado en mi primera parte ; y la costumbre á nadie sirve de legfrima excusa, que es lo que ofrecí demostrar-Os ·en esta SEGUNDA PA.RTE. . - F ixad nuevamente _en _vuestro espíritu lo ·que ,dixe en el pri~cipio sobre las diversas especies de, c~stumbres que advertimos en el mundo•: costum.bres . buenas introducidas por la razon; por el bien público , 6 el buen órden .de los · e.stados, :_ costumbres indif~rerites qQe .no_ hieren }a.r,ellgion