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3 so: SERMON XIV. mortífero p· ara vuestras inocentes criaturas que tna1 "" . amen.te criais , y para ~uantos os esc~chan , á quienes encandalizais,. que quanto arro¡an todas las VJVoras y serpientes del mund .. . º· Fides sim operíbus . mortua est. Teneis una fe muerta, las-: civo~ , que ·empleais vuestros ojos en la muger agena, vues– tras manos en acciones indecentes , vuestros pies en malos· pasos , vuestro corazon en abomin_ables deseos, y todo vues..: tro cuerpo en inmundísimas ·acciones : Fides sine operibth mo1·tua est. Ten.eis una fe muerta, robadores, que os abra– ~ais con el fuego inextinguible del infierno por no restituir lo mal habido con vuestros tratos iniquos , con vuestras cuen-– tas falsas , con la m.alversacion de los caudales agenos :. Fi– des sine operibtes mortu4 est. Teneis una fe muerta: ·sober– bios , ociosos , vinolentos , iracundos y enemistados. Sf: no lo dudeis. Teneís una fe muerta, una caridad muerta, una. alma muerta; pero si estais muertos en la culpa , surgit~ tµ.ortui, et '1Je'!-lte ad judic_ium : le.vantaos muertos , y venid á juicio. La fe os llama :. la fe os conduce al tribunal.del Omnipotente , · para convenceros en él de una manifiesta in'\ fidelidad , y de una rematada locura. Ella os conduce al trono de. Dios , no para que os dé la sentencia de· eterna perdicion, pues ésta ya la tiene:; sobre sí el que no cree~ como. dice san Juan, qui non cred#, jam j1,dicatus est (a), sino para que la confirme, y para que vosotros confeseis la justicia y rectitud del Señor en arrojar de su presencia á lo~ que no viven conforme á lo que ~reen : para que vosotros ' mismos, viendo que 110 hay medio, ó vivir segun la fe, ó cóm tarse entre los muertos sempiternos, desde ahora, desde es– te mismo momento os resolvais á mudar de vida, y reconcilia– i:os con Dios. Pues amados pecadores de mi alma: Hora est.. . {it) S. Joann. e, m . v. d, . ' SoBltE Y.A FE P:BÍCTicA. 3 Sr jam nos de somno surge1·e (a) : ya es tiempo de des,ertar del lastimoso estado del pecado. No es justo , ni tolerable lle- , var por mas tiempo el yugo de la iniquidad so'bre ·nues.. " tras infelices aln1as : Nunc enim próprior es-t 1wstra salus; quam cum credidimus : mirad que nuestra salud está mas · cerca de lo que habíamos creído. Si• hasta ahora se ha ha– lladq muerta nuestra fe por farta de- buenas obras , su re- . surr~ccion está muy cerca , si no~otros la buscamos. No se nos pide toda aquella grande fe que tuvo san Pedró quan– do dió salud al paralitico á la puerta del templo de J erusa– len. No se nos pide la fe de un san Gregor_io Taumatnrgo que mudaba con ella los montes. Tampoco se nos pide la fe .de un san Antonio que resúcitaba los ·muertos. 1'am• poco se nos obliga á dexar el.mundo,. renunciar el propid estado , y escondernos €11 l~s desiertos como los P ablos, Arsenios y P acomios. Solo se nos pide obrar confo1:me á la fe que hemos profesado. Se nos pide el cumplimiento de las obligaciones del bautismo , la observancia de los p re• ceptos del evangelio , y la imitacion de J esuchristo. Se nos pide conocer nuestros pecados, llorar nuestros pecados , y confesar verdaderamente nuestros pecados. Se nos pide que vaquemos á la oracion , que huyamos los peligros del siglo, que mortifiquemos nuestras pasiones~ . Y este Pastor amable, que no quiere la muerte del peca– dor , sino que se convierta y viva, escuchará nuestros balidos, nos tomará sobre sus caritativos hombros, y conducirá al apris– co de las dóciles ovejas que oyen su voz y gozan de su amis– tad. Hacedlo así, dulcísimo J esus mio, pues yá conocernos nuestros descaminos. ¿Qué hubiera sido ,d_e nosotros, si la muer– te nos hubiera asaltado en medio de nt\~~tro_s desórdenes? (a) Epist. D. Paul. ad Roro. c. xm. v. l r.

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