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334· S.ERMON XIV. - ha revebdo á su Iglesia : hace profesion dé defe·nderlas COll su sangre , y con sn vida si fuera necesario; y las cree Útti– camente por deferir á la autoridad divina. Tres cosas que forzosamente d~ben hallarse en todo católico christiano; El objeto y materia de su fe , que son todas las verdades re. veladas! el hábito y el acto de su fe , que es la actual d~– terminacion de dar la vida por sostenerla ; y el principio y motivo de su fe , que es la infalible autoridad de Dios. Digámoslo mas breve : la fe es universal é indivisible : la f¡ es firme é inalterable : la. fe es sobrenatural y divina. Vosotros váis á escuchar ahora que vuestra fe no es uni– versal é iadivisible .en su objeto , firme é inalterable en sus actos, sobrenatural y divina en sus principios; y así o~ ve.. reis en la dura necesidad de confesar mi primera proposi– cion, en que aseguré no teníais la fe de que tanto blasonais. Estadme atentos. . Vosotros no debeis ignorar que la verdadera fe es uni– versal é ind~vísible en su objeto, esto es , que ella abra• za sin excepcion alguna todas las verd~de_s· reveladas por Dios, arrojando de su seno á qualquiera que niega, du– da ó des.aprueba .un solo punto de su doctrina. Retenga el _ judío quánto quiera.. ~l :antiguo ·testamento y los profetas: defienda· el .,·herege ·: él :nuevo testamento y el evangelio: reverencie eFci.smático la Iglesia y sus leyes, miéntras el primero no reconozca á Jesuchristo por su Salvador y su Dios : miéntras · el segundo no teng~ á la Iglesia por s~ maestra y su madre; y el tercero no confiese al Romano . Pontífice por su cabeza , jamas dexarán de ser hereges, ju– díos y cisn~áticos , y de ~aliarse fuera de la barca de san Pedro , expuestos á un indefectible naufragio. Ellos dirán, afirmarán, defenderán que tienen fe; pero será puramente una fe humana, nq .una f~ divina , pues todo~ saben que 335_ esta 5e pierde por la negacion de un solo artículo , así como Ja caridad se pierde por la grave transgresion de qualquiera de sus preceptos. Tambien sabeis que en la .religiou christiana hay dos suer· tes de verdades : . unas puramente especulativas , y que se li~ mi.tan á fixar nuestros sentimientos , como la unidad de la na- ' turaleza divina , la trinidad de las Personas , la Encarnaciou del Verbó divino , su nacimiento , su vida , su muerte y su gloriosa resurreccion. Las otras son verdades prácticas J que -se dirigen á regular miestra conducta, como la humildad del corazon I la pureza del alma y el cuidado de la salvacion. Ahora pues, hacer separacion entre estas verdades , para ábra– .zar las que agradan y nada cuestan , y desechar las que dan pena y afligen , es no creer todas las cosas: es no tener una fe universal , una fe divina. Es necesário creer , baxo la pena de eterna muerte , que se debe apartar el .corazon de las cosas de la tierra , no buscar los honores y placeres , crucificar la · carne , huir el mundo , ·pensar en el cielo , y temer el infier– no -·; como es necesario creer en Jesuchristo , y que nació; murió y resucitó por nosotros : sin esta creencia uniforme de la moral y el dogma , no sereis christianos mas que en el nombre : no tendreis mas que el exterior de verdaderos fie– les , pero no la substancia y esencia de tales , que es la fe. No se necesita mas que ésta -simple exposicion para con– vencer á innumerables christianos que_creen del evangelio 1o que les agrada, y no lo que les incomoda; porque, á lá verd_c).d , ¿ á qué hombre sensato y juicioso podremos persua– .dir que creen sin resrriccion y sin dud;i las se\~erns máx1· mas del evangelio esas personas mundanas, á quienes cono– ceis christianas por el bautismo , pero paganas por sus · cos– tumbres : que todo .lo desean saber ménos el-salvarse : que en todo se quieren oc~par ménos en servir á Dios; y que de