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. SERMOP ~II.~ pero en vaño , porque las serpientes , enroscándose en sus cuerpos , como unos lazos apretadisimos , les quitaban crue– lísimamente la vida. Clamaba atligida una muger , viéndose rabiosamente ¡nordida de las .serpientes ; pero no podia su marido remedia,tla , por hallarse afligido con la misma suer:· te. Corria una madre á socorrer á su hijo , y hallaba en H ca– mino·su muerte. Pretendía un hijo salvar la vida de sn pad-re, y al mismo tiempo, rodei.!._do de serpientes , exhalaba su espí- - ritu entre la inmensa muchedumbre de los muertos. , que cu– brian aquellos ca1npos. Multiplicába11se los gritos : aumentá– hanse por instantes los clamores ; pero todo era en vano , por– que las fogosas serpientes , como mini,stros irritados por la in– dignacion divina, todo lo llenaban de nuevas confusiones, nue~ vos horrnres y nuevas muertes. Serpientes se veían enrosca• das á los pies : serpientes en los brazos : serpientes en la gar- . ganta : serpientes en los pechos : serpientes en los ojos : ser– pientes en la boca; y serpientes en todo el cuerpo , sin que los infelices israelitas hallasen remedio -humano contra ellas: Quamobrem misit Dominus in populum ignitos serpentes ( a). - ¡Expectáculo verdaderamente triste y doloroso , pero in:. :finitamente ménos horrible que el del infame c~ndenado al fuego eterno! Apénas su cuerpo será precipitado en compáñía d.e su alma en aquella cárcel formidable, quando se verá em– bestido de una inmensa tropa de demonios , qrre · abalanzán– dose á él como rabiosas v~voras , le comunicarán su veneno_ por todos los sentidos , y le atribularán imponderablemen– te : O 'Vos omnes , qui transttis per 'Viam , attendite , et 'Vi– dete (b). ¡ O christianos mios muy amados! vosotros que vi– vis sobre la tierra , atended y ved si bay dolor semejante á su dolor : sus,ojos , que acá en la. vida se alegraban con la vista (a) Lib. Nurnerorum, e, xxz. v. 6, · (a) Jerein. in Tren. c. 1, v, 1:h ' DEL JNFIERNO, 283 de la muger agena , se deleitaban con los expectá~ulos , las cotneJias y los bay les ,- y se entretenian con las miradas in– decentes y lascivas : sus ojos que se arrojaban sin .reparo á todos los objetos capaces de dar muerte al alma , y llenar su . corazo11 de vicios y de pecados : sus ojos que hasta en los , s.mtos templos del Señor no supiéron contenerse , ni mor– tificarse : sus ojos . , d igo , envueltos ya en Unas t inieblas espantosas, y abismados en una noche eterna, no mirarán siilo los abominables cuerpos de los otros condenados , y las espantosas figuras de los demonios. . Las funestas sombras tle la muerte , los suplicios eterilos , la desesperacion y las lágrimas ele fu ego que incesantemente derraman_, serán losúni– cos objetos que se les pen~ita mirar. ¡Qué pena tan terrible ! Sus oídos qne en esta vida escucháron gustosamente las. murmuraciones , las solicitaciones torpes , las adulaciones, las mentiras , los cantares lascivos, los <:uentos impuros y palabras deshones tas: - sus 01dos cerrados al clamor del p<l– bre , al desamparo del huérfano , y la soledad de la viu- aa : sus oídos sordos á las voces de los predicadores , á las amonestaciones de los superiores y de los confesores , y á los coasej;s acertados de sus amigos , allí no oirán sino el crµgir enfadoso de los dientes , el estallido formidable de las llamas , el estruendo pavoroso de las cadenas , la con– fusa gritería . de los -condenados , sus imprecaciones , sus desesperaciones y sus blasfemias. -oirá á los padres malde.. cir sus h ijos , por cuyo desordenado amor baxá'ron ,á aque– llas penas. Oirá á los hijos blasfen1ar cowtra sus padres , por cuyos malos exemplos siguiéron ellos el partido del peca- 1 do, y experimet)táron el mismo castigo. Oirá á las muge– res detestar el momento en que las entregá ron á sus ma• ridos : oirá á ellos lamentarse eternamente contra sus_muge– res : oirá á los criados contra s.us amos , á los amos cont1a sus N!l 2.

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