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SERMON IX. Mírnse sin haber hecho testamento , sin poner las cuentas ' ~ y dependencias con claridad y arreglo' , embi;ollados muchos negocios , usurpados muchos bienes ! cometidos muchos_es– cándalos , envejecido en mil trampas y mil pecados , y llé– nase de temores , agonías y sobresaltos al verse rodeado de males, de vicios y penas: Iniquitates suee capiunt impium, ' et funibus pcccatorum suorum constringitur (a). Mira con una vista turbada la revolucion de la casa, el desamparo de la fami·– lia, las lá-gr.imas de sL1 muger , el llanto de sus hijos, y quiere ·atender al remedio de su dolor. Mira con una imaginacion· . horrorosamente inquieta c¡ue se ha pasado su vida como una sombra, y revuelve entre sí mil pensamientos que le contur– ban ·y espantan. Dies mci transierunt, dice el 'miserable: pasáronse mis dias , aquellos días de mis diversiones , mi~ . g~las y mis deleytes : pasáronse mis dias , y can ellos se des– vaneciéronmis pensamientos: Cogitationu meee dis.sipaú sunt, torquentes cor meum (b) . Las casas que edifiqué, los mayó~ razgos que fundé , das tierras que compré, los empleos que poseí , todo de un golpe voy á dexal'lo con la vida :· - mu– ger , hijos , hacienda y vida , todo va de una vez á arreba:. tármelo la muerte : Et solum mihi s-u.per-est sepulcrum. En breve arrojarán mi cuerpp medio desnudo en el sepúlcro ' me comerán los gusanos , y me convertiré en hediondez y · cor._ rupcion: Siccine separat ¡:1,mara mo1\r (e)~ iPara que habré yo puesto tanto cuidado en las cosas ·de la tierra, de que aho– ra me aparra una muerte amarga; iY por qué no he atendido á conseguir el cielo que aho·ra miro·tan distante? Pero ¡ay! ¿De qué ~1e sirve el conocer que la ·.oracion , la humildad , la ca· . ridad , la castidad ., la modestia , la justicia darian ahora á mi (a) Proverb. c. v. v, 22, (b) Job , e, xvn, v. II, (e) Ex Lib. x. Reg, e; xv. v. á2, . · 223 cora~on descanso y alegría, _sii~o las he practicado? ¿ Y qué me 1rnpQrta saber que la oc10s1dad , la omision de mis obli– gaciones , el quebrnntamíento de la divina ley son ahora mi tormc:nto , _sino puedo abandonarlas , desterrarlas y ahorre~ cerlas , porque mi tiempo se acabó? Acudiré á los santos para que me alarguen la vida, y para que yo haga peniten– E:Ía. Vfrg_en santísima, abogada de ¡,ecadores, 'pedid por -mí. Pero ¡ay! 1~ Vírgen reprehende mi mala condu~ta , y re– presenta las innumerables veces que cruzifiqué á su hijo con los .pecados y vicios de _mi vid,1. Santos ángeles protecto– res de los hombres , rogad por mí. Pero ¡a y! ellos corren presurosos á presentarme ,al divino juez ; y pues yo des~ estimé sus inspiraciones , ellos desat ienden ahora mis suspi– ros. Santos patriarcas , profetas , apóstoles y mártires del Se– ño,r , pedid por mí. Pero , ¡ó dolor! unos me muestran su fe acompañada de santas ·.obras , otros su . esperanza llena de inocencia , y otros su carid<\_d adornada del martirio con qu~ confunden mi caridad mu,erta, mi esperanza quimérica , mi fe Íñ_~til. Santos confesores y vírgenes de Dios , rogad por mí. Pero ¡qué desconsuelo ! ellos me muestran sus peniten– cias , su silencio, su retiro , el vencimiento de. las tentacio– .nes del mundo , del demonio y- de su carne ., y en vez de -socorrerme , son fiscales severos para confundirme : I n quan~ tam tribulr!tionem dcwm: (a). ¡Ay de mí , quánta y quán grande es mi tribulacion ! Aflígese el cuerpo , auméntanse sus males, llaman al confesor, danle atropelladamente los sa– cramentos , y acaba la vida. ¡ O santo Dios ! ¡ O terribilísi– ~o Dios ! ¿ Qué se ha hecho la hermosura , el poder , las nquezas , los empleos · , los grandes proyectos , los vas– tos designios de este hombre? Cuidit , cecidit BabJlon DE LA MuF.RTE. (a) Lib. 1. Machab. c. v1, v. u, .