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SERMON IX. illmn (a): es necesario ·confesar que nuestra alma es una criatura inmortal é indestructible ; y que el'! - la muerte' no hace mas que separarse de nuestro cuerpo , pasar al tribunal del Omnipotente , y recibir en él una sentencia que la coloca para siempre entre los bienaventurados d_el cielo , ó entre los · condenados del infierno. De aquí se si– gue forzosamente , que esta única separacion del alma y el cuerpo. , ó. esta sola muerte- tiene tres conseqüencias ó re– iultas irreparables y eternas , por lo pasado , por lo pre• sente, y por lo por venir , que nos llenan de snsto .Y es– tremecimiento. Sí-~ amados mios : co~seqiiencias eternas por lo pasaqo. La vida del hombre, por corta que ella sea, se compone de algunos años, algunos meses ó algunos dias , en que tie- ne millares de pensamientos , pronuncia millares de palabras, executa millares de obras , ya buenas , ya malas, ya indi– ferentes. Miéntras el hombre vive ño descubre muchas ve– ces la malicia _de innumerables acciones , otras omite que · pudiera y debiera_hacer , ·y otras hace que debiera omitir. Hállase como sumergido en el mar tempestuoso de -este mundo , en que se van á fondo mil circunstancias que a11:– mentan1.ó _disminuyen la bondad ó malicia· de sus ácciones. Las fatJsas , opiniones , las -engañosas máximas del mundo., .,, el mal exemplo y otros accidentes cubren con el velo de una pernicio,sa seguridad las transgresiones y quebr~ntamien– tos de · la divina ley:: Así pasa -la vida el hombre entre sus d.iversiornis., sus haciendas y sus ocupaciones , hasta que le asalta la muerte , ·que corriend0 el velo á t1:>das estas obs– curidades -.y tinieblas ., le descubre todas las cosas com8 son. (a)• D, Paul. ad Col9s, C,'>IIU, .v.· 10. DE LA MuERTlt _ 2i9 en sí , y como aparecen en la presencia de Dios. ¡ O qué horror ! ¡Quántas culpas cometidas , quántas virtudes desfi– guradas ; quántas gracias perdidas , quántos defectos tole,. radas ' quántos sacramentos mal recibidos ' mal administra– dos , mal agradecidos! ¡ Válgame Dios ! Allí se presentarán ·tantos pensamientos malos consentidos , tantas palabras in– .decentes pronunciad~s, tantas obras viciosas executadas. Altí los escándalos , las usuras , las simonías , las soberbias., la:s adulaciones , las murmuraciones , las ~nvidias. Allí en fin, tantos años de vida lastimosamente p~rdidos, cuyo único fruto fué el pecado; y allí lo mas ter~ible: que ninguna de estos males tendrá remedio , porque se acabó el tiem– _po de enmendar la vida· , se acabó el tiempo de llorar .los .pecados, y · hacer -frutos dignos de penitencia por ellos: Tempus non erit amplius (a). Conseqüencias eternas por lo· presente. No hay en 1a vida estado tan funesto que nó pueda mudarse , y qae efectivamente no se mude en ella muchas veces. El que se · ·halla_esclavo del de~onio por el pecado , puede por la saa– ta penitencia salir de su esclavitud : el qne abusa de lo¡ -'Sacramentos , 'Y. aumenta los sacrilegios , al ·paso que mul- tiplica las confesiones y comm1iones , puede y debe rep.r– rar todos estos males , por un uso muy santo de estas ce– .lestiales medicinas. El que vive sumergido en el lodazal de la lascivia, puede y debe a_Proj~r de sí sus malas costum– ·bres, abandonar los cómplices de la maldad, y hacer que .los miembros que sirviéron á 1a iniqiUidad y la -injusticia, sirvan á la justicia y santifümcfon. ·No hay duda , christia– nos mios : la voluntad del hombre es mudable , la mise-– cordia- de Dios no está abreviada , el día de la .salud no (a) Apocal, c. x, v. ~.
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