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NS ' E SI a eli aa: 7 > a se du a a MODELO. DE LA PENITENCIA. 87 Magdalena selena de una humilde confusion con los sa- ludables remordimientos de su conciencia ; y vosotros jamas os deteneis 4 escuchar- los clamores de vuestro corazon. Mag- dalena se arroja 4 los“pies de: Jesuchristo penetrada de do- lor , vertiendo arroyos de lágrimas ; y vosotros huis de los ministros de Jesuchristo:: y si alguna vez os presentais á ellos: es sin pena y amargura de vuestras culpas. Magda» lerla' satisface cumplidamente 4 «sus delitos, sacrificando 4 Dios “quanto habia sido causa ó fomento de: su pecado; y vosotros teneis por insoportables las penitencias mas ligeras que os dan los confesores por vuestras enormes culpas. ¿Con qué frente os atrevereis á esperar en la divina «misericor- dia como la Magdaléna, perseverando 'vosotros en vuestra mala vida? Revertere aversatrix Israel , ait Dominus, et non avertam faciem meam a vobis (a). Vuelve , vuelve, alma ingrata, alma pecadora , vuélvete á tu Dios con una penitencia verdaderas” y Dios no apartará de tí los ojos. de su clemencia: Jerusalem , Jerusálem', convertere ad Domi- núm Deum tuum (b). Almas , almas, convertios á Dios co- mo la Magdalena por la penitencia , y Dios se convertirá 4 vosotros ,+como á la Magdalena , por la misericordia: Cón= vertimini ad me, et convertar ad vos. Pero esta es pre- cisamente la materia de la SEGUNDA PARTE. Es preciso, amados “mios , confesarlo para grande cdon- suelo nuestro. El evangelio dé Jesuchristo está 'abiertáamen- te declarado 4 favor de los pecadores arrepentidos. Nada mas freqiiente yemos en él que la misericordia “del Señor, (a) Jerem. c. mu. v. 12. (b) Jerem. ¿n laménta?.
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