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MopELo DE LA PENITENCIA. y pensables obligaciones. En la manifestacion que se hace de la culpa : esto se llama confesion. En el dolor que se concibe por haber ofendido 4 Dios ; esto se nombra contricion. En la re- paracion de los males que ha causado el pecado; y esto se dice satisfaccion: No lo dudeis , amados mios : todos los que han ofendido 4 Dios , deben , para recobrar su gracia , tener un dolor verdadero , universal , sobrenatural y sumo ; deben hacer una confesion entera de sus culpas , y deben satisfacer por ellas con frutos dignos de penitencia. La Magdalena , no solo cumplió estas tres obligaciones , sino que con sus lágri- mas añadió una humilde confusion en la manifestacion de sus culpas , que la hizo mas saludable : una extraordinaria sensi- bilidad en el dolor , que le hizo mas vivo ; y un santo fervor en la satisfaccion , que la hizo mas pronta , y mas completa: comprehended estas verdades sin equivocacion. Quando yo digo que la Magdalena añadió con sus lágri- mas una humilde confusion 4 la manifestacion de su pecado, no lo debeis entender de aquella confusion Ó vergijenza na- tural que perece con la inocencia , y renace con los remordi- mientos de la culpa: que es muy débil para impedir el peca= do ; pero muy poderosa para retraer de la confesion : aquella vergiienza , á quien el Espíritu santo lama mala , criminal y funesta : Ef confusio adducens peccatum(a). Yo hablo de aquella vergiienza sobrenatural , á quien el mismo divino Es- píritu reconoce por santa.y meritoria : Et est confusio addu- cens gratiam , et gloriam. Aquella vergijenza que trae su orí- gen del horror del pecado, y del odio que el pecador le tie- ne , y del santo aborrecimiento que concibe contra sí mismo, y que le obliga á manifestarse pecador , primero: en el fondo de su corazon con un exámen exácto : despues á los pies de (a) Eccli. c.1v. v. 28.

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