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NECESIDAD! DE LA PENITENCIA. $9 riendas 4 todos los desórdenes. Pero no es esta , christianos mios , la doctrina de nuestra madre la Iglesia; y dexando aparte por ahora lo que san Cipriano, san Ambrosio, san Agustin, san Gregorio y otros padres dexáron dicho para destruir de antemano esta abominable doctrina (a) , me con- tentaré con exponeros el oráculo del Espíritu santo pronun- ciado en «el santo concilio de Trento : en el qual entre otras verdades allí declaradas , hallamos definido por punto de fe, lo primero , que hay tres partes en la penitencia, que son contricion , confesion y satisfaccion , las quales son como ma- teria de este sacramento , y que estos actos del penitente concurren á su esencia é integridad , y 4. la remisión de los pecados. Lo segundo , que aunque en el sacramento de la penitencia recibido debidamente se perdona :toda: la«culpa, con todo eso la pena del pecado no siempre se quita , sino que se conmuta de pena eterna en temporal. Lo tercero , en- señan tambien los padres del concilio que estas obras pena- les y satisfactorias le procuran al pecador dos grandes: bie- nes ; porque á ri mismo tiempo son' penas y-son remedios; penas para castigar el mal que se hizo, remedios para precaver el mal que se puede hacer : son penas por los pe» cados pasados que es necesario satisfacer , son remedios pa- ra los pecados futuros que debemos evitar, Huir estas pe- nas , y no sujetarse á ellas, es hacer nada por lo pasado, y nada por lo futuro : es dexar las culpas pasadas sin castigo, y quedar el hombre desprevenido para las culpas venideras; pero imponerse estas penas satisfactorias , y sujetarse á ellas, es poner un freno á las pasiones , es apartarse cuidadosa- mente de los vicios , es vivir mas vigilante y mas atento-á sus obligaciones , es lavar mas y mas las manchas de los pe” (a) S, Ambr, lib. r. de Poenit. S. Aug. hom. 41. et alii SS, PP, H 2 2. E j