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56 SerxoN- Il. ! malgastár la hacienda en juegos, diversiones y modas indecen- tes y costosas , no. pagar las deudas 4: sus legítimos acreedo- res , robar la fama y el crédito de toda clase de personas con murmuraciones malignas entregarse á una vida blanda, oció- sa y sin provecho , no tratar , digo , de enmendarse en todo esto, y luego golpearse el pecho , y decir que le pesa , ¿no es ciertamente burlarse de Dios , de su'bondad y de sus sacta- mentos? ¿No.es tener en nada , ó reputarípor nada,la enor- me ofensa hechx 4-Dios con el pecado; «pues con tan leves ex= terioridades se-piensa-la ha de perdonar? ¡Ab., christianos mios! Si para conseguir el perdon de Dios fuera bastante ha- cer un breve exámen de conciencia , oir dos ó tres doctrinas en una mision» inclinar la'cabeza y golpear el pecho , desde luego podiamos asegurar que pocos ó ninguno sé condenaba; pero aquel dolor íntimo del corazon , aquella tristeza saluda- ble, aquella penitencia verdadera que justifica al pecador es cosa árdua y dificultosa , principalmente en los que viven mal; porque no basta , amados mios , formar. una resolucion de nv pecar , y enmendarse , es necesario ,: dice el padre san Gre- gorio , además de no pecar , purgar con abundantes lágrimas lo que se ha pecado : Relaxatas non extiment culpas , quas et si agendo non multiplicant , anullis tamen fletibus mun- dant (a). Tampoco és suficiente confesar todos los pecados con la boca , si 4 esta confesion exterior , dice san Agustin, no acompaña el dolor y contricion de corazon : Quid prodest confiteri scelera y si vocem confitentis non sequitur contritio cordis ? ¿Pero qué digo? Ni.aun las lágrimas mismas , ni los suspiros, ni el dolor mas íntimo nos agenciarán el perdon delos pecados , si no-nacen de un principio sobrenatural , si no pro- vienen de un corazon verdaderamente movido con el auxilio de Dios. (a) 5. Greg» Magh."3. Past, c; xxxt.*

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