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e A SE TR EN tl NO NECESIDAD DE LA PENITENCIA. 55 amistad de Dios? Llegais 4 los pies de los ministros de Jesu- christo llenos de soberbia y vanidad, ostentando profanidad en vuestros trages ,'con un ayre y ademan mas propio'de pú. blicos pecadores, qué de pecadores arrepentidos : con un ador- no mas apropósito para el teatro, que para el confesonario, ¿y pensais que con doblar las rodillas , con un inclinar la cabeza, golpear blandamente el pecho , y decir.con los labios : Señor pequé 5 ya se da Dios por satisfecho de todas las injurias: que ha recibido de vosotros? Se os ve insensibles y como helados, aun quando el confesor se esfuerza á excitar en vosotros y en vuestro corazon el dolor y el sentimiento : repetis casi siem pre en las confesiones unas mismas culpas , sin alguna enmien= da, nunca os presentais cubiertos de aquella santa y prove- chosa confusion que produce en el alma tanta gracia y tanta gloria, ¿y decis que vuestra penitencia es verdadera? Penitentes, penitentes , peenitentes , si tamen estis pont. tentes, et non irridentes, mutate vitam, reconciliamini Deo (a). Penitentes, os dice'san Agustin, sisois verdaderos penitentes; y no burladores de la penitencia , mudad la vida , y reconci» líaos con Dios. Arrepentirse , y repetir las culpas , decir que os pesa , y volver á pecar , esto, dicen los sagrados cánones) no es ser penitente ,'sino mofador y burlador de la penitencia; Irrisor est , et non ponitens , qui adhuc agít unde preni- teat(b). Y 4 la verdad , señores , ¿qué mayor burla pue- de imaginarse que decir un pecador que le pesa de serlo, y no tratar de enmendarse? Vivir de asiento en el amanceba- miento , recaer con freqiiencia en las mismas torpezas y de- leytes sucios de la carne , no querer comunicar christianamen- te con quien le agravió , perseverar en la escandalosa costum- bre:de maldecir y jurar , ya con mentira , y ya con verdad, (a) 5. August. homil. xix, (b). Cap. Írris, de Poenit, e cr