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45 SERMON IL NECESIDAD DE LA PENITENCIA. Nisi ponitentiam habueritis , omnes similiter peribitis.... Luc. c. XI1L v. 3. Lea eficacia de aquella voz que clamaba en el desierto, el espiritu del precursor de Jesuchristo , la santidad , el fer- vor y zelo del Bautista necesitaba yo esta tarde para intima- ros la obligacion de hacer penitencia. Aquel gran profeta , y mas que profeta , que por boca del mismo Jesuchristo era el mayor de los nacidos ; aquel hombre que vino , y era envia- do para dar testimonio de la verdadera luz: aquel hombre tan grande y tan feliz que vió con sus ojos al deseado de las gentes , y señaló con el dedo al Cordero de Dios : aquel pri- mer anacoreta que juntó 4 la mas singular inocencia los mas grandes rigores de-la penitencia : este hombre , digo , ino- cente y penitente , cuyo vestido era la piel de un camello, cuyo alimento eran langostas y miel silvestre , cuya habita- cion era un desierto , levantándose en medio de la multitud de gentes que venian á él de toda Judea y Jerusalen , les «predicaba el bautismo de penitencia , para la remision de los pecados, diciendo : Penitentiam agite (a) : facite fructus dig- nos penitentiz (b). Haced penitencia. Haced frutos dignos de penitencia. Es- tas mismas voces doy. á-vosotros , esté mismo sermon hago yo en este pueblo : Poenitentiam agite. Pecadores que habeis an- dado los caminos torcidos y dificmltosos de la maldad ,: haced penitencia. Hombres libres y desenfrenados que no habeis te- (a). Matth. C.1u.v.2.' (b) Luc. cm. y. $. ' | / ' A A >