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Dz La MisiErrcorDIA ve Dios. 43 Sí, amados mios : Dios lo. dice , escuchad-sus palabras , y es- tremeceros : Omnes in cede corruetis: pro eo quod mocavi, et non respondistis , locutus sum , et non audistis (a). La justicia de Dios:descargará:sobte vosotros, toda aÑic», cion, toda tribulacion y desdicha ; porque habiendo espera- do con misericordia , habiendo llamado con misericordia , y, ofrecido recibiros ahora con misericordia, dexgis pasar el tiem- po oportuno , el tiempo aceptable y de salud ;y os entregais; engañados por el demonio, 4 la vana esperanza de un tiem po“incierto , de una gracia contingente y de una perdicion segura , que es la que encuentran quantos dexan de oir 4 Dios quando les llama : _4Adducam super omnes habitatores Jerusalem universam afflictionem :: eo quod locutus sum ad illos , et non audierunt , vocavi ios: et non responderunt mihi (b). ¿Es posible , pobres pecadores , que para vosotros ha de tener:mas fuerza: el .pecado: que la. gracia, la tierra que el cielo , el demonio que Jesuchristo? ¿Mas habeis de estimar el cautiverio que la libertad, la enfermedad que la salud , la ignominia que la honra , la turbulencia que la quietud , y la muerte que la vida? ¿Mas habeis de apreciar unos brutales y sucios deleytes que las purísimas delicias de la gloria , que la compañía de los santos , que la presencia de María santísi- ma , que los brazos de vuestro Dios? ¡Ceguedad incompre= hensible de los hombres! Quedaos pues , amados hijos mios, diré con todo el sentimiento de mi corazon , quedaos gozando los engaños y momentáneos placeres del pecado , que ante- poneis con lamentable necedad á la posesion de la misericor- dia de Dios : quedaos abandonados de ella , pues así vosotros (a) Isaj. c. Lxv. v. 12. (b) S. Hierem. C. XXXV. V. 17. F 2