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at ; ER E a: AZ LL ETS 7 A an 444 SermoN XVIL to amanecer en su espírica un dia claro y sereno; ya por medio de una confesion general bien hecha lograban la paz y tranquilidad del corazon que tanto tiempo habian me= nester. ¡Ay! ¿Quándo acabariamos si pretendieramos re- lerir. menudamente- las grandes misericordias de María con los pecadores? Pero los justos, aquellas almas felices que cumpliendo sus obligaciones con Dios, con el próximo y consigo mis- mos, experimentaban. sin embargo su tibieza, su floxedad, y sus ligeras faltas, luego que la Madre del Pastor bue- no apareciaen su pueblo como exemplar de toda perfec- cion ,.se- reanimaba su: espíritu , cobraban nuevos fervores, y se: hacianmas continuos en la oración , mas severos en la. penitencia , mas freqiientes en los santos sacramentos, mas benéficos , mas sociables, mas caritativos con sus her- manos , y mas humildes, mas sóbrios y modestos en sí mismos. ¿Qué «gozo experimentaria aquel yaron justo si ahora viviera , viendo aquella su devocion, que. tan pre-; ciosos frutos producia en su tiempo , fortificada con un decreto pontificio , y autorizada con una festividad anual en todos los capuchinos de España? ¿Pero qué digo si él viviera? Vive “efectivamente con ventajas en un venera- ble hermano , que es en el dia honor de nuestro santo há- bito , clarin del evangelio , norma de religiosos virtuosos, pauta de excelentes predicadores ; y. modelo de misione= tos. perfectos. ¡Qué! ¿No conoceis por-:estas señas al M. R.-P. Fr. Diego Joseph de Cádiz?: Sí: vosotros le visteis ; vosotros le oisteis en este mismo púlpito que indignamente ocupo; y sabeis que quanto he dicho es na- da respecto al admirable conjunto-de sus bellas qualida- des. ¿Hay rincon , decidme, hay. pueblo, ciudad; pro- vincia. ó reyno en toda España que- este hombre incompa+

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