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430 Sermon XVII. den de mí? Déxenme ya: si la tempestad se ha levantado por ella , arrójese al mar , y cese la tormenta (a). Esta fué la ter- rible resolucion que tomó el sumo Pontífice ; pero Dios nues- tro Señor habia tomado otra muy diferente. Es cierto , podia- mos decir con san Juan Chrisóstomo (b), que la navecilla de la órden era combatida de furiosos uracanes ; pero no sumer- gida en.las hinchadas olas. Podía haber empezado á navegar con tranquilidad y bonanza ; pero el piloto no lo permitió, para que se conociese su pericia , y la tolerancia de los que navegaban. Sufrian , es verdad, nuestros religiosos la mas vio- lenta persecucion ; pero no eran desamparados de su grande protectora la Madre del Pastor bueno. Retirándose unos á la soledad de los desiertos , gimiendo otros en los monasterios, y esperando todos en breve su extincion , he ahí que la Rey- na de los cielos , aquella misma Madre amable , que un año ántes que saliesemos al mundo nos habia mostrado á su Hijo, abrigados y protegidos de su manto, toma ahora segunda vez por su cuenta nuestra defensa , y apareciéndose visiblemente mas resplandeciente que el sol á Fr. Buenaventura de Cre- mona , uno de los padres mas ilustres de aquel tiempo, le di= ce con las mas dulces palabras : ¿por qué- lloras”, hijo mio Buenaventura? ¿por qué tanto gimes y suspiras? ¡ O Virgen beatísima! respondió Buenaventura , postrándose en su pre- sencia : lloro nuestra cercana ruina, que con tanto empeño (a) Heu! Quod scelus , aut quod bujus reformationis fagitium est cujus causa totus in eam orbis commoveri debeat? Esto: tollatur , pre- scindatur , pereat. Quid amplius d nobis exquirunt? Si propter eam hec orta est tempestas, mittatur in mare , et quiescant fuctus, Anuales Ca- puccin. fol. 191, (b) Factatur quidem navis , sed non mergitur.. Poterat quidem et in tranquillo navigare; verum non passus est gubernator , quo simul., et navigantium perspicias tolerantiam , et gubernatoris prudentiam pleniis agnoscas, Chrysost. homil. in Is,