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Dre La MISERICORDIA DE Dios. 39 hablar con agrado á una torpe Samaritana , y hacer de un la- zo de Satanásque ella era, un apóstol de Samaria, y un nun- cio de su venida á sus conciudadanos. -Le'yeo proteger á una infiel adúltera que le presentan los escribas y fariseos, pidien- do su castigo. Le miro arrancando del banco de las usuras á Mateo , haciendo apóstol á un Saulo perseguidor, comien= do en casa de un Zaqueo publicano , recibiendo con- los bra- zos abiertos á un hijo pródigo de sus beneficios, ingrato á sus favorés; rebelde 4 sus mandatos , perdido por sus pasio- nes , y muerto por sus delitos, ¿Qué es esto , Dios mio? Ubi est zelus tuus , et fortitudo tua(a)? ¿Qué se ha hecho aquel antiguo zelo de vuestra gloria , aquella fortaleza irresistible con que hacias temblar el universo , y tomabas venganza de tus enemigos? ¡ Ah Señor !>Parece te has olvidado de tu jus- ticia , y que solo te acuerdas de tu misericordia. Mirad , Re- dentor amable , que vuestras obras dan motivo á vuestros enemigos para que insulten á vuestros apóstoles , y les digan: ¿qué Maestro es el vuestro, que come y bebe con los peca» dores? Pero digan lo que quieran , responde vuestra miseri- cordía : Yo tengo jurado que no quiero la muerte del peca- dor , sino quese convierta y viva. Yo tengo dicho , que si el impio hiciese penitencia de sus: delitos ,' vivirá y no: morirá eternamente. Yo he llamado 4 todos los que viven abruma- dos con el peso enorme del pecado, y ofrecido recibirlos y aliviarlos', ¿pues'cómo habia de faltar á «mi palabra real , y no recibir al pecador que , penetrádo de 'contricion , se arro- ja 4 mis pies , y pide misericordia? No puede ser eso. Yo es- pero muchos años á la conversion de una alma : y ya era justo que hubiera llegado este dia feliz 3 pero yo , sin embargo , la aguardo hasta el tiempo oportuno , conteniendo entretanto á (a) Isai. C. 1x0 v. 18.

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