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406 Sermón XVI Dios : aquella casa inmensa del' divino Sér., donde se ma- nifiesta la omnipotencia del Padre, la sabiduría del Hijo, y el infinito amor del Espíritu santo: aquel lugar. delicio- so: aquella mansion de- eterna paz , donde habita la divini dad , donde se oyen incesantemente sus alabanzas : donde los patriarcas le veneran , los profetas le alaban.,. los apósto- les le magnifican , los mártires le béndicen, los confesores, las viudas, y demas santos y «bienaventurados espíritus en- tonan aquel trisagio soberano; Santo ¿Santo ,. Santo, Diós y señor de los exércitos ,. llenos estan: los cielosy la tierra de la magestad y grandeza de vuestra gloria, es la que ofreteá vosotros por: premio y corona de justicia , comoá los santos: Ego protector tuus sum, eb merces tua mag- nanímis (a). En esta felicidad soberana es en la que «ellos pusiéron los ojos, y á su «vista lo dexáron todo, lo-a- bandonáron todo, lo sacrificáron todo : unos,-por no per- derla, se escondian en los desiertos ,-asombrando desde ellos al mundo con sus espantosas —penitencias ; otros en- tregaban sus cuerpos á las. bestias mas feroces ,-4 las mas cortantes espadas , yá las hogueras mas encendidas: se refugiaban otros á los monasterios para librarse del con- tagioso ambiente del mundo : otros sabian hacer de sus ca- sas monasterios , cavernas y soledades, donde viviendo para solo Dios , eran-desconocidos del siglo. Y otros , finalmente, en medio del mundo, rodeados de empleos , negocios y car- gos superiores , supiéron pensar, hablar y obrar de modo que se hiciéron merecedores de aquel eterno descanso. Ellos sabian que la gloria es corona de justicia ; debida al mérito de cada uno : no á la nobleza de su nacimiento , no 4 la brillantez de su fortuna , no á la distincion de sus empleos , no á la gran- (a) Genes, €. XV. v. Y.

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