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SOBRE LA SANTIDAD. 401 2. No llamo auxilios ó medios para vencer las dificul- tades que se ofrecen en el camino de la perfeccion el don de hacer milagros , la inteligencia infusa de las divinas es- crituras , el discernimiento de los espíritus , el don de len- guas , el de contemplacion , el de lágrimas , deyocion sen- sible , Ó comunicaciones íntimas con Dios. Estas son unas señales estrepitosas que Dios puso en muchos santos á quie- nes eligió su adorable Providencia, entresacándolos de la masa comun de la humana naturaleza para encargarles la execucion de sus grandes y magníficas obras: la dispersion de la sinagoga y conversion del gentilismo como á los apóstoles : la confusion y vergiienza de los hereges como á los santos doctores; y la propagacion del evangelio y re- formacion de las costumbres, como á los últimos santos de la Iglesia. Gracias 4 la verdad apreciabilisimas , pero que no son absolutamente necesarias para ser santos; y aunque arguyen ordinariamente santidad en quien las obra , pero no siempre. Muchos santos ha: habido muy grandes sin ellas, y otros con ellas no lo fuéron. San Juan Bautista ,.pro- digio de santidad, y el mayor de los nacidos de muger, no hizo milagro alguno que sepamos; y los apóstoles án- tes de baxar sobre ellos el Espíritu santo, quando aun eran hombres imperfectos , tímidos , cobardes é incrédulos, hacian milagros á millares. Caifás profetizó , y era un iní- quo. Saúl se vió tambien entre los profetas, y era un ré- probo. Llamo auxilios Ó socorros de santidad á todas las gra- cias que nos inspiran el deseo de ser santos, y nos comu- nican las fuerzas necesarias para serlo: á todos los medios que Dios nos ofrece interiores y exteriores, y que nos ayu- dan á conseguir nuestra salvacion. Hablo de las tres virtu= des teologales que Dios infunde misericordiosamente en nues- TOM. 11. Eee