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380 SermoN XV. das en casa , en los paseos , en las tertulias y en los teatros de esos hombrecillos ociosos , perjudiciales al Estado y ála Iglesia , que con nombre de muebles , estrechos, freqiientes Ó cortejos , mantienen las amistades' mas iniquas , hablan' las palabras mas feas , y obran como'unas gentes sin ley y sin re- ligion? ¿Qué vocacion la de aquel hombre, que solo ascen- dió al empleó para ser un injusto , un robador disimulado de la hacienda agena , y un perpetuo murmurador de la conduc- ta de sus xefes , del trabajo y mérito de los demas oficiales , y el descuido y omisiones de' todos sus antecesores en el em- pleo? ¿Qué vocacion la de aquel militar, que solo abrazó este estado por despique , por un 'encono , por una penden- cia , Ó por dar un mortal disgusto á sus padres ó á sus parien- tes; y que vive entre las armas como un libertino , como un mundano , conto'tin vicioso , búrlándose de los otros militares corteses , añimosos , hombres de bien , y que cumplen exác- tamente con las obligációnes de la milicia y de la ley santísima «de Dios? ¿Qué vocacion lá de áquel sacerdote de una vida tan poco edificativa, tán alégre , ociosa y desahogada , que en vez: de confundirse con las costumbres modestas , re- «tiradas y laboriosas de tantos otros venerables sacerdotes , los desestima cómo unos hombres pusilánimes y 'escrupulosos? +¿Qué vocacion la de tantos, que sin consultar á Dios, ni á sus ministros , abraZáron un estado tan santo, con unás costum- bres tan agenas de la santidad? ¿Con unas costumbres estra- «gadas en una universidad , ó viciadas en la ociosidad de sus casas? ¿Estarán todos estos en aquel estado, para el que Dios -los queria ántes que ellos se' intrusasen en él? ¡O Dios in- ¿mortal ! ¡ Quántos daños se siguen á sus almas, y á las de sus próximos por este primer error! Oyentes mios, ¿no es así? ¿Vosotros , 4 lo ménos, consultasteis con vuestros padres la eleccion de vuestro estado? Ellos , como personas de mas jui-

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