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378 SermoN XV. que el espíritu de verdad le sugerirá una decision justa, que debereis abrazar pronta , eficaz y generosamente. Si vosotros lo hubierais practicado así, ¡qué grande seria vuestra felicidad! Pero ¡ah! ¡y qué poco se acostumbra en el mundo el ser fieles á lo que Dios nuestro Señor nos manda en sus santas escrituras! Hijo, nos dice su Magestad , sin aconsejarte , nada emprendas , y te ahorrarás un molesto ar= repentimiento : Pili, sine consilio nihtil facias, et post fac- tum non ponitebis (a). ¿Buscasteis unos sacerdotes santos, unos hombres de experiencia , que os hablasen en el nombre del Señor ; Ó menospreciasteis sus consejos , tomándolos , como el necio:Roboan, de otros jóvenes como vosotros , sin virtud y sin talentos? ¿Qué extrañais os haya salido tan mal la elec- cion de vuestro estado? Ello es una cosa , señores , que me sorprehende y espanta. Para que un jóven ó una doncella abrazen el estado religioso , se hacen mil consultas , se habla á mil confesores , se les exhorta á que lleven por algun tiem- po una vida penitente ; se retiran de los peligros del mundo: freqiientan los sacramentos , eligiendo por director espiritual uno de los sacerdotes mas acreditados en el pueblo , por su virtud y su ciencia; y despues' de mirarlo y remirarlo cente- nares de veces en la presencia de Dios , se determinan á en= trar en la religion , dónde se les exercita por un año entero en muchas prácticas penosas ; y advierten buenos exemplos que los excitan y mueven á obrar bien. Y no obstante tan ex- quisitas y prolixas prevenciones , se advierte despues que no fuéron excesivas , y que hay. muchos trabajos y fatalidades, que manifiestan evidentemente la debilidad de muchas vota- «ciones religiosas. Y para quedarse en el mundo rodeados de peligros, envueltos:en mil escándalos , ¿no se necesitará mas fa) Eccli. c. xxxn. v. 24.