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CoNTRA LA CURIOSIDAD. 363 barán con nosotros ; Ó- nos arrojarán de sus dominios, co- mo ya tristemente lo hemos empezado á experimentar, Por último, amados «mios: si las autoridades que he- mos alegado no os convencen, ni. las razones y experiencia que hemos dado no os concluyen para desterrar la curiosi- dad , tenedla enhorabuena; pero sea una curiosidad que os conduzca á una sana filosofia para leer el libro abierto de la naturaleza, y discernir la luz sobrenatural para entender el libro misterioso de la gracia. Acompañados de ámbas , dad enhorabuena rienda á vuestro discurso , y mirad esta ad- mirable máquina del universo , la asombrosa fecundidad de la tierra, la impetuosidad y fuerza de los vientos, el con» junto maravilloso de las aguas. en los mares, sus divisio- nes y partes en los rios, la voracidad del fuego, y so- bretodo la peregrina hermosura , sabiduría y poder con que el Omnipotente ha templado sus contrarias qualidades, pa- ra que «entre todos los elementos formen esta incompara= ble, armonía que se halla en todo el globo terráqueo. Leed bien este admirable libro de la naturaleza , y vereis co- mo todas las criaturas os. gritan: Ipse fecit nos , et non ipsi mos (a). La mano de Dios ha criado los pezes del mar, las aves del cielo, las bestias de la tierra, sus plan- tas , sus frutos, sus minerales : ella nos dió el sér, la vi- da y el movimiento : no nos formamos nosotras 4 nosotras mismas , sino Dios , que nos sacó de la nada ,:4 quien obe- decemos , y de cuya voluntad jamas nos separamos. Le- vantad vuestros ojos ácia el cielo, y mirad: esa máquina inmensa que nos rodea y envuelve : considerad su vasta y asombrosa capacidad, sus reglados y constantes movimien- tos , el número casi infinito de las estrellas , la conjuncion (a) Psalm, xcix. y. 3- ZZ 2