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CONTRA LA CURIOSIDAD. 349 resim , decia san Agustin (a). Ella precipita á los hombres en la tentacion y en los lazos del diablo , induciendo muchos deseos inútiles y nocivos, que hacen caer á los hom- bres en la eterna perdicion. Asi lo asegura el grande após- tol san Pablo. ¿De dónde sino, decidme, tantos ateistas en el mundo, que han sido el oprobrio de la razon, la in- famia y el horror de todo el género humano? ¿De dón- de la mágia , las hechicerías , las vanas observancias , las supersticiones? ¿De dónde tantas heregías en casi todos los siglos desde los principios mismos del christianismo? Mirad- lo bien , amados mios : de la curiosidad : Curiósitas inve- mit heresim. Ella hizo á los arrianos negar la consustan- cialidad del Hijo eterno con el Padre: 4 los nestorianos la maternidad divina en la Virgen inmaculada María santísi- ma señora nuestra; y á los marcionitas la igualdad del Es- píritu santo con el Padre y con el Hijo: Curiositas inve- nit heresím. Ella hizo delirar en la fe á Menandro , for- mar sus perniciosas profecías á Montano , y negar la divi- nidad de Jesuchristo á Ebion. La curiosidad en averiguar las fuerzas del libre albedrío hizo negar la necesidad de la divina gracia á los pelagianos; y la curiosidad en penetrar la concordia:del libre albedrío con la” gracia, hizo á los cal- vinistas y luteranos negar el albedrío, y conceder una fuer- za irresistible á la misma divina gracia: Curiositas invenit haresim. ¿Qué mas diré? ¿O quándo la curiosidad ha di- cho basta, Ó se ha visto satisfecha? Nunca , señores, nun- * ca. Ella se va perpetuando en el mundo con la sucesion de los siglos , y apareciendo en los reynos comarcanos -se ha dexado ver triunfante sobre unos hombres impíos, llenos de libertinage y desenfreno, que han pretendido santificar (a) 5. August. tract. in Joann. as Pe AOS quo

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