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346 SermoN XIV. sidad se verian desiertas las universidades , sin uso los fi= bros , ociosas las prensas, desatendidos los oficios necesa= rios á la vida y comodidad de los hombres, desampara- das las iglesias, y el mundo todo se miraria sumergido en una espantosa ociosidad , y lleno de tinieblas y hor- rores. No christianos mios: la curiosidad en este sano sen- tido es una de las mas bellas prerrogativas del alma, y una prueba convincente de su espiritualidad. Sus poten- cias maravillosamente activas abrazan todos los tiempos, miran lo pasado , reflexionan sobre lo presente , y preveen lo por venir, indagan las causas, barruntan los efectos, calculan, pesan , combinan los medios para la consecucion de los fines que se prefixan, y eligen de entre ellos los mas proporcionados. Esta es aquella incomparable ventaja del alma racional sobre todos los vivientes materiales. Ellos obran por instinto y sin eleccion, y nosotros con liber- tad y con mérito. Jamas sabremos agradecer bastantemen- te á la misericordia de Dios esta gracia singular. Bene consurgit diluculo , qui querit bona (a), dice el Espíritu santo. ¡Dichosos vosotros si fuerais curiosos de esta suerte! Seriais «felices si madrugarais ántes del dia para buscar el bien : conoceriais entónces los engaños del mundo, las as- tucias del demonio , la rebelión de vuestras pasiones: pre- guntariais por los medios de preservaros contra los aco- metimientos de las pasiones , el mundo y el demonio: ha- lMariais quien os los presentase , y abrazándolos con forta- leza christiana , regulando vuestras operaciones , cumplien- do con vuestros empleos , cuidando de- vuestras familias, atendiendo á vuestras casas, seriais unos hombres felices, de quienes no seria digno el mundo, segun la 'bella expre- (a) Prov. Cc. xn y. 27.