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En A SS ty ' Y lA Ho Ml pl 340 SezamoN XIII. sus iniquidades : no recibirá ya mas auxilios , morirá infalible- mente en su pecado. ¿A quién, Dios mio, se dirigen, unas palabras tan ter- ribles y formidables? ¿4 quién se encaminan unas senten- cias tan pavorosas, capaces de estremecer las columnas de este templo? ¿A quién ha de ser sino á nosotros? Sí, amados oyentes mios : á vosotros y:á mí, que ha. tantos años que Dios está llamando á las puertas de nuestro.Corazon; y noso- tros tercos y mas tercos , sin. dexarle entrar, mií-aun que- rerle responder: á. nosotros se dirigen , que estamos -reci- biendo millares de avisos por:los santos ángeles, millares de reprehensiones Por nuestra misma conciencia , millares de consejos por-los libros , los. buenos y verdaderos amigos, los sacerdotes y predicadores: 4 nosotros, que- tantas yeces abu- samos de los sacramentos, Ó que hemos inutilizado tantas gracias , tantos auxilios, y tan grandes misericordias del Se- ñor. Pues christianos mios: Audite verbum istud , quod ego devo super vos planctum: domus Israel cecidit , et non' ad- jiciet ut resurgat (a). Oid la voz de Dios , que. os intima con lágrimas en los ojos este su indigno. ministro: ya cayó la casa de Israel : jamas se volverá á levantar. ¿Por qué, Dios mio? Porque nadie puede corregir ,- nadie puede en- mendar á quien el Señor desprecia , á quien niega sus au- xúlios , 4 quien abandona : Nemo possit corrigere , quem ile despexerit (b). Espantosas cabernas de los montes, ¿en dón- de estais? que me: vienen deseos de encerrarme en yoso- tras paraosiempre. Aridas soledades de los páramos, ¿por dónde se va á vosotras? que yo quiero separarme del tra- to humano , para considerar esta espantosa voz de Dios: Nemo possit corrigere, quem ille despexerit. ¿Pero qué ba- (a) Amos, <. y. y. 1. (b) Eccles: C. vin ve 14

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