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ATA A, 338 Sermon XIII. dad , amados de mi alma; pero. mas nos debe espantar y llenar de horror el verla prácticamente verificada en Cain, en Achaz , en Jezabél, en Saúl, en Absalon , en Judas y en otros iinumerables que nos refieren las santas escrituras. Ol» vidad, si podeis, por 1in-momento su desdichado. fin y su muerte pésima , y fizad toda vuestra atencion en el rey Antíoco : su suerte hace estremecer hasta los huesos. Escu- chadla. Vencen los judíos en Jerusalen en repetidas bata» llas 4: sus. dos capitanes generales Nicanor y Timoteo: sá» belo el rey Antíoco; y lleno: de furor , respirando llamas, marcha en jornadas dobles contra Jerusalen , jurando acabar con todos sus moradores, demoler la ciudad hasta Jos ci- mientos , abrasar el templo santo , y dexar sin, sepultura arrojados. por «las plazas y Jos, campos los cuerpos de los difuntos para pasto de las aves y las fieras. Pero como Dios nuestro Señor ve todas las cosas , y penetra hasta el fon- do' del corazon humano, apénas acaba Antíoco de prorum=- pir en determinacion tan bárbara y tan cruel , quando es herido dela justicia divina con una invisible é incurable pla- ga : abrasábansele las entrañas , y todo el corazon se le des- pedazaba dentro del cuerpo: no obstante él continuaba su camino arrebatado de su furor y venganza ; y 'al tiempo mismo «que él daba mas priesa para llegar quanto ántes 4 su destino , cae precipitado de su carro, se le descoyun- tan los huesos , y queda postrado en tierra sin movimien- to. He aquí aquel hombre soberbio, que se figuraba po- co ántes con poder para domar-las olas del mar, para tras- tornar los montes«, y «subir hasta: las- estrellas : vedle ya como sus soldados: le: llevan en unas angarillas como un monton de estiércol , humillado por la mano del Omnipo- tente : miradle como..se le pudren las carnes., como «ma- man de la corrupcion enxambres de gusanos, y: como; to- YE ak: RO A EN de | e E 423

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