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SOBRE EL NÚMERO DE DIAS, ¿c. 321 arrojan al“mísero pecador á los infiernos desde el lecho gustoso del pecado, en que se deleytaba muy seguro. No por otra causa dice la divina escritura , que los:impios, los perversos , «los pecadores no llegarán á la mitad de los dias que podrian vivir, si no vivieran en aquellos desórdenes, atendida su constitucion natural: Viri sanguinum et dolost non dimidiabunt dies suos (a). El tercero y último número consiste en la bondad y mi- sericordia de Dios, con que abrevia los dias de la vida á _——— los justos , para que su permanencia en este mundo no los manche con algun pecado, ó las apariencias agradables á los sentidos perviertan sus almas ,ó trastornen la rectitud desu juicio. Por eso dice el Espíritu santo: Raptus est, ne malitia mutaret intellectum ejus , aut ne Jictio deciperet ant- mam ¿llius (b). En todo acontecimiento debes saber que es una verdad de fe, que el número de dias que hemos de vivir sobre $ Pue ' $ la tierra en qualquiera de los tres sentidos insinuados que se tome , está decretado desde la eternidad por aquel Se- ñor , que nada obra en tiempo que no hubiese previsto y determinado ántes de todos los siglos; y en cumpliéndose esté número , infaliblemente moriremos : Omnia disposuisté in mumero. La vida del hombre tiene término, y á la ver- dad término bien corto , y es imposible sobrevivir en cum- pliéndose. Vos , Señor , decia el santo Job, habeis puesto término á mis dias, y no puedo pasar mas allá de los lí. mites señalados (c). Pero quánto sea éste respecto de cada uno de los mortales, es un secreto incomprehensible 4 los hombres , y solamente reservado á la infinita sabiduría del (a) Psalm. Liv. y. 24. (b) Sapient. C. 1V. y. 11. (c) Constituisti terminos ejus , qui prateriri non poterunt. S, Job, €. XIY. V. 5. TOM. 11. ss

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