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-— Js ha Diam a SA - 9 , : Pa" e mo ” a > ” - Ñ OA A DeL Fiw PARA QUE Dios Nos CRIÓ. 301 criados para estas cosas, sino para salvarnos. Sim los bienes del mundo, por preciosos y necesarios que: parezcan, se puede el hombre pasar; ¿pero cómo se podrá pasar:sin la «vi- da eterna , que es sú fin? Un pobre desnudo de todos los bie» nes ¿olvidado de todos, abandonado «de todos, y arrojado, co- mo Job, en un muladar , si se salva , es un objeto agradable á toda la inmensidad de Dios , es un hombre feliz por toda la eternidad: , y no tiene necesidad de otra cosa por los siglos de los siglos. Ninguna falta le harán las ciencias , ninguna el no haber cursado las universidades , ninguna no haber via- jado reynos, fundado mayorazgos , obtenido empleos , ga- nado batallas , conquistado reynos ,.mi hecho famoso su nom- ¡bre «por Jas: armas Ó las letras. Por el contrario un rico afortunado, elevado al mayor auge de la felicidad tempo- ral , respetado y aplaudido de todos; si se condena es un hombre infeliz y desventurado para siempre. ¿Qué les apro- -vechó , decidme , á aquellos hombres 'grandes.de los pasados siglos: aquellos héroes que: llenáron el mundo: de. Ja fama de sus acciones: qué les aprovechó , pregunto, haberse he- cho: aplaudir de los presentes y de los venideros: haber te- nido la fortuna como encadenada debaxo de sus pies,:si des “pues se condenáron? Pongamos á los-ojos un hombre que haya tenido. in- mensas riquezas ¿ que haya gozado todos los placeres ima- ginables , y legado á la cumbre de la estimacion y gran- deza , y que saliendo con felicidad de todo: quanto ha in- tentado , solo haya: sido descuidado en'el negocio de su sal- vacion. Figurémonos un Alexandro magno, aquel domador de reyes, aquel conquistador de provincias-, de .reynos y de imperios : aquel .en cuya presencia enmu deció.la tierra, como dice la escritura : figurémosle- en .el.momento de. su muerte , y pregubtémosle ; Quid prodest? ¿qué os apro-

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