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CoyTrA LAS COMEDIAS. 273 sana moral. Esto es corriente, dicen hasta los autores mas laxós en opinar. El mismo Diana, á quien nadie ha censurado de rígido , sino de demasiado laxó, dice estas terminantes palabras : “consta que quantos van á las come- » diás de muestro tiempo (advertid que dice las comedias de »» nuestro tiempo, no las del tiempo de Tertuliano ó de san »» Cipriano): es constante, dice , que todos quantos van á »» las comedias de nuestro tiempo pecan mortalmente; por- s» que su estipendio es el que mantiene á unos hombres »» tan pésimos como son los comediantes: Ex quibus pa- tet, omnes expectatores comediarum nostri temporis pec- » care mortaliter: quia ex corum stipendis aluntur tan pes- » simi homines,, ut sunt comedi (a).” 5 Pero quando las comedias no fueran opuestas al es- píritu del christianismo , contrarias á la doctrina de los san- tos , proscriptas por las leyes canónicas y civiles, y repug- nantes á la recta razon, como lo hemos evidenciado hasta aquí, bastarian y aun sobrarian para condenarlas por ilícitas las funestas conseqiiencias que de ellas se originan. Por- que una escuela que está en posesion. de ofrecer lecciones disformes, llenas de ridiculezes y desvaríos , propios para fomentar el mal gusto y la barbarie en la nacion ; una es- cuela. cuyas lecciones corrompen la juventud con delirios amorosos y engaños torpes y groseros: una escuela en la que se aprende el falso pundonor , la supersticion, la ne- cia confianza , la crueldad ,.y. finalmente la profanacion de las cosas mas sagradas : ¿habrá alguno entre vosotros que no diga ser una escuela abominable, perversa, maldita por sus horribles conseqiiencias? Pues tales son nuestras come- días. No lo dice algun santo Padre de los primeros siglos, (a) Diana, part, a, tract. 7, resolut. 35. miscelanea, TOM. Il, um

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