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24 Sermon L salen, destrnye sus altares, despedaza sus vasos sagrados, inun- da de sangre humana sus calles y plazas : quedan los dias de solemnidad convertidos. en luto, sus sábados en oprobrio, y sus honores en nada (4). Pero en el mismo tiempo que cas- tiga con la soberbia de Antíoco los pecados de los israelitas, inflama el espíritu del valeroso Judas Macabeo , para que réedifique el templo , levante nuevos altares , elija sacerdo- tes puros , y , arrojando á un lugar inmundo las piedras del santuario contaminadas con los sacrificios de los ídolos , res- tituyaá la casa del Señor su antigua gloria. Esta sapientísima conducta de nuestro misericordioso Dios yemos igualmente observada en la ley de gracia. Permite su Magestad , para castigo de los. pecados de los christianos , que en los primeros siglos del christianismo. llenen: de escándalo la Iglesia , rompan como ingratos vivoreznos el seno de la fe, en que habian sido engendrados , y confundan la: verdadera paz de la religion , los. Marciones , los Pelagios , los Vigilan- cios , los: Arrios y los Nestorios; pero, en el mismo tiempo que se enardece su justicia contra los vicios, resplandece ma- ravillosamente su misericordia , haciendo aparecer en el mun- do los Tertulianos ,Ciprianos, Atanasios , Gerónimos , Agus- tinos y otros padres, que con su,virtud y sabiduría restablez= can la piedad , confundan el error , promuevan el divino cul- to , defiendan la fe de los ataques de la impiedad y la here- gía, y exciten los hombres:4 la obseryancia de los preceptos y consejos del evangelio. El siglo en que vivimos es una evidente prueba de esta asombrosa verdad.. Hemos visto irritada: la justicia de Dios contra el pecado , arruinar con pestes, hambres , guerras y terremotos villas , ciudades y provincias en este y otros rey= (a) Lib. 1. Machabeor, C, 1. v. 33. et seq.

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