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244 SerMON X. ximo se presentan á mi espíritu , procedidos todos de la soberbia. Ella es la madre de tantas demandas injustas co- mo se entablan en los tribunales , de tantas querellas ridf- culas , de tantos pleytos ruidosos, á los quales un poco de paciencia y humildad hubiera ahogado en sus principios; pero agitados vosotros de la soberbia causasteis tantos escán= dalos , promovisteis tantas injusticias, arruinasteis tantas Ca- sas, y :precipitasteis en el infierno tantas almas. Por la so- berbia no solo se principian inconsideradamente los pley- tos, sino: que se sostienen con terquedad , á precio de las conciencias y haciendas. Nada mas freqiiente que es- te ¡idioma impio en los pleyteantes: “aunque me quedara »»en lá calle: zunque fuerán mis hijos á pedir una limos- »» na: aunque vendiera todos mis bienes, ha de saber el in- » fame con quien se ha metido: no he de parar hasta ar- >. Por la soberbia no quieren ¡admitir los pleyteantes un ajuste “amistoso , un corte prudente , una composicion amigable : quieren vi- vir mas en una agitada y continua molestía , en un aban- dono de su: casa , su muger y sus hijos , hasta que en los tribunales' consumen sus haciendas, su salad y su vida, -y ellos: despechados descienden al abismo. »» rúinarle, ó ponerle en un presidio.” Por. este turbulento pecado. se abrasan las familias en odios y enemistades, que perpetuándose de padres 4 hijos, se -eternizan en las casas por no humillarse un po- co alguno de ellos, porno ir el primero á pedir per- «don, si-ha habido algun agravio , por no entrar en casa del otro ántes que él venga á la casa de su pariente -ó vecino. Por la soberbia hierven las murmuraciones en los pueblos , desacredirándose mútuamente unos á otros, sin respeto 4 las justicias:, al venerable clero, ni-á las «Ór- denes religiosas : se murmura rabiosamente de la casada,

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