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AA A E "me a E. CoxTrA La SOBERBIA. 241 tes mios: esta madrásta de las virtudes, como la llama -san Agustin (a), este principio de todo error, esta puerta del infierno :-digámoslo de una vez, esta soberbia es ¡la causa de tantas desventuras. Pero quando las santas escrituras , las historias de los antiguos tiempos, y las razones mas incontrastables no de- mostráran esta verdad , nosotros mismos como testigos de vista por nuestras mismas evidencias la confesariamos. ¿No estais viendo que todos los desórdenes que se cometen con- tra Dios, contra el próximo, y contra nosotros mismos, proceden de esta raiz emponzoñada de la soberbia? Sí, chris- tianos : vosotros lo veis, pero: no habeis reflexionado bas- tantemente sobre esta importante yerdad , y parece ¡justo desenvolverla con “alguna mas extension. Confieso en obsequio de la verdad, que las blasfemias, los juramentos é imprecaciones que se arrojan contra el cielo ¿contra Dios , la Virgen: santísima y los santos, no se oyen en las gentes de honor y buena crianza, á quie: nes una christiana educacion les: ha hecho cobrar un» justo ] d E aorror á este abominable pecado; pero así como confesa- mos esta verdad , tambien aseguramos como un hecho iín- disputable, que en las gentes de baxa esfera es este vicio tan comun, tan universal y escandaloso , que no alcanzan para desarraigarle consejos , sermones , reprehensiones , mi aun castigos. Dominados de . esta -soberbia , y enfurecidos interior y exteriormente , se vuelven contra el cielo, blas- feman- contra el altísimo y divinísimo Dios, y'como sí es- tuviesen poseidos del demonio, maldicen á su: Criador, maldicen 4: María santísima , votan y juran por los santos (a) Superbia est noverca virtutum: mater vitiorum: porta infernine S. August, Serm, ad Frat, TOM. 11, Hh

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