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CONTRA LA SOBERBIA. 239 dres , quitando tambien la vida á estas «porque los circun- cidaban en obedecimiento de los mandatos de Dios, ¡Espan» tosa crueldad! ¡Hasta dónde Jlega un hombre:que se de- -xa dominar de la soberbia! Reflexionad profundamente so- bre “este suceso tan asombroso , y hallareis una multitud in “mensa de pecados , producidos tedos por la raiz envene- nada de la soberbia : robos , muertes-, rapiñas , escándalos, torpezas, idolatrías , sacrilegios , crneldades , incendios; ¿qué sé yo?... todos fuéron efectos funestos de su soberbia : Ef intravit in sanctificationem cum superbia... accepit altare aureum , et universa vasa ejus... destruxit domos ejus , et perdidit populum multum ex Israel (a). ¿Mas para qué de- tenernos en casos particulares , ni qué tiempo seria suficien- te para contar las numerosas tropas de esta reyna de to» dos los vicios, como la lama san Gregorio (b)? Baste de- cir, que por la soberbia elevó: contra el cielo sús altivos pensamientos el atrevido Nembrot: se destempló en furo- res extravagantes Faraon : presumió levar á efecto sus fan- tásticas ideas el cruel Amán : llegó hasta la desesperacion el infeliz Saúl: insultó al pueblo de Dios el arrogante Go= liat; y se imaginó una- divinidad el insipiente Nabuco. Por la soberbia. tuvo principio la: idolatría en: Nino , Belo ó Báal, -como saben todos:: por ella se han levantado en la Iglesia tantas heregías , nosolo en los primeros siglos del christianis- mo , sino en nuestros últimos tiempos : por ella se han soste- nido con terquedad tantos cismas , y se mantienen hoy mismo entre griegos y latinos : por ella aparecen cada dia tantos sis- temas extravagantes en materia de religion , que siendo di- ferentes en sus dogmas , diferentes en sus autores y diferentes en los lugares de su nacimiento , convienen todos , como de- (a)' Lib. 1 Mach, e. 1 y. 23. 33. (b)- S. Greg. Pap. lib. 31. moral, um eN o iS EPT A e hd mn E 8

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