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A A A A A AA A O A 108 SerMoN VIIL lo para cumplir los deberes de la vida civil, sinó tam» bien para satisfacer las obligaciones de la religion y el christianismo. Grandes y muy esenciales son las obligaciones de un christiano; pero abreviaremos en la manifestacion de esta verdad, ciñéndola en pocas cláusulas prácticamente. ¿Quán- ta violencia no tendria que hacer á su genio un hombre indolente , poltron 'y perezoso para sujetarse, 4 tantas ob- servancias mandadas por el evangelio, que se suceden per- petuamente unas á otras, y cuya omision seria un- cri- men? ¿Quánto vencimiento en el genio de un hombre ligero y disipado para mantener la atencion en tantas re- ligiosas obligaciones? ¿Quánta violencia en el genio de un hombre avaro. é interesado para. alargar á los. pobres parte de unos bienes que le han costado sudores ,' tra» bajos , industrias y desvelos? ¿Quánto vencimiento en el genio de úm ¿hombre pronto, fogoso y ardiente para su- frir con: paciencia las injurias ,; perdonar de. corazon los agravios, hacer bien 4 los enemigos, y rogar por sus mis» mos perseguidores? ¿Quánta violencia en el genio de un hombre fiero y orgulloso para no: irritarse á vista de una injusticia; de una pesadumbre, Óó un desprecio? ¿Quánto vencimiento ¡enel «genio de una señora amante de las ga- las y placeres para tomar su cruz, negarse 4 sí misma, y seguir á Jesuchristo? ¿Quánta violencia necesitamos ha» cer todos al propio genio para arrebatar el reynmo de los cielos? Yo no temo decirlo: Regnum celorum vim patti- tur , et violenti rapiunt illud (a). O. tratar seriamente de vencer el genio y Óó despedirse para siempre de la gloria. Sí y «señores: vosotros habiais creido esta verdad de fe, (a) 5. Matth. cap. XI. vi 12.
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