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: A E d . e 4 He AA A a E E A 1 doy “SermoN VIIL ñor oculta sus defectos ;' tolera sus groserías , disimula su de- bilidad , y sufre con paciencia todo el peso de sus conversa- ciones", que 'no' podian producirle mas que disgusto. ¡Qué expéctáculo' tan admirable á los cielos y la tierra , ver al mis- mo Dios eterno instruyéndolos como' á sus discípulos , des fendiéndolos como á sus hijos , comunicándoles sus admirables designios como á sus amados y mas íntimos confidentes! ¡Qué exemplo, amos! ¡qué exemplo, padres de familia! ¡qué exemplo , superiores , para con vuestros inferiores , vuestros súbditos y vuestros hijos! ==" <> Pero quisiera que no os descartascis de esta"obligacion con la excusa de que modelo tan perfecto de sufrimiento es propio de la santidad del Criador ; no de la debilidad de la criatuz ra ; porque os confundirian los innumerables exemplares que en las leyes natural, escrita y evangélica podriamos presen- taros. Os confundiria un Abel, sufriendo con paciencia el genio iracundo , rústico y violento de su hermano Cain: un Noé , manejando prudentemente el genio travieso y atrevi- do de su hijo Chan : un Jacob, tolerando por muchos años, ya el genio avaro y ridículo de su suegro Labán, ya el ge- nio violento , arrebatado y soberbio de su hermano Esaú. “¿Y qué podria yo deciros de su hijo el santo patriarca Joseph? ¿Quántas envidias , quántas descortesías, quántos malos tra= tamientos , quántas muertes le maquináron sus hermanos, cu- yos genios inquietos , vengativos y falsos, no- solo toleraba con paciencia , sino que llegó á ser su pan en el hambre, «su rigúezaven la. pobreza ,. y su' propio y verdadero salvador? Mirad 4 un Tobías:, 4 un Moysés, 4 un Josué:, á4ctin Job, y 4 otros innumerables : miradlos bien, y vereis que no eran ángeles del cielo, sino hombres terrenos , semejantes á voso- tros, de la misma masa de Adan, de que fuisteis formados vo- sotros; pero que llenos de un espíritu de caridad para: con