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SOBRE EL (GENIO. 195 precipitamos con ella 4 desmentir las virtudes mas brillantes de nuestros próximos , haciéndolas hijas del genio y el natu- ral. Desengáñase una señora de las vanidades del mundo; cánsase de vivir sujeta á sus etiquetas y tiranas leyes ; y por un espíritu de prudencia y religion, se desprende insensible: mente de las visitas, las amistades , los bayles , los teatros y las galas, y en suma de todos aquellos tratos que no la son absolutamente indispensables á su estado; y empieza á 'gó= bernar st casa como una buéna madre de familias : esta santa resolucion es mirada por los mundanos como un efecto de su avaricia , que por no gastar se retira; Ó como una determi- nacion de su soberbia, que siente la hagan sombra otras se- ñoras en las concurrencias ; y'no por un movimiento de la ra- zon , la piedad y la religion. Hijos delos hombres', repetiré con el profeta , sed mas equitativos en vuestros juicios : Rec- ta judicate, filit hominum. Conoce un jugador'sus desórde- nes, siente los perjuicios que ha ocasionado á su familia:cón sus juegos ; y abandonando estas casas de perdicion', llora sus extravíos , empieza á freqiientar los sacramentos , y 4 lonar exáctamente las obligaciones desu estado y desu empleo: Luego levantan la voz los maldicientes para asegurar que es una melancolía , una veleidad , un efecto de su genio triste y melancólico; y no una sabia determinacion de consagrar eñ el retiro de su casa el resto de sus dias, para asegurar su sal vacion , que tan arriesgada llevaba entre los desórdenes, qué con tanta freqiiencia se experimentan en los juegos. Hijos de los hombres , juzgad con mas equidad del genio de vuestros próximos : Recta judicate , filii hominum. A la pasion de la malignidad añade nuevos realces el in- teres , para que nos perdamos mas rematadamente en el falso juicio que formamos del genio de nuestros próximos. Porque efectivamente , para justificar nuestras delicadezas , nuestros Bb 2