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194 SerMoN: VII. tes imfirmorum sustinere. Continuad escuchando con toda vuestra atencion. 1... Nada hay:en-que mas freqiientemente pequemos de injusticia', queen los, falsos juicios que formamos del genio de 'nuestros próximos. En vez de juzgarlos con equidad , nos dexamos preocupar contra ellos, por las ideas falsas que la pasion , la malignidad y el interes nos inspiran de su conduc- ta; y así , lastimosamente engañados, denigramos sus costum- bres, y echamos: 4 perder.Ó 4 la peor parte, sus acciones, sin querer persuadirnos á que seguimos las ilusiones de la pa- sion , la malignidad y el interes”, y no las reglas dela equi- dad en! los juicios que formamos de nuestro genio, y el de nuestros próximos. Reflexionad mis palabras , y compre hendereis- con utilidad: de vuestras almas esta asombrosa verdad. Un hombre naturalmente ayaro é interesado, trata su avas ricia de prudente economía y y no conoce en las almas genes xosas- y magnánimas la liberalidad , y gradúa esta virtud de prodigalidad y disipacion, teniendo á los gastos mas modera- dos por intolerables é insufribles desperdicios. Un hombre rí- gido, austero-é intratable; piensa que es una justa separacion de los peligros la indomable dureza de su genio; y cree que el genio inocente divertido de sus próximos , es un Libertinage escandaloso. Así la pasion se burla de nosotros, y con un mismo rasgo de pincel pinta como virtudes los-vicios de nues- tro genio , y como vicios las virtudes del genio delos de: mas. Hijos de los hombres , diré -cón--el. profeta , sed mas equitativos en vuestros juicios: Recta judicate, Jiii homi- num (a). La malignidad aumenta los engaños de la pasion, y nos (a) Psalm. 1yu. y. a,

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