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SobrE xós' PeLrGros , Sc. 183 de nuestros amigos , defenderlos de sus calumniadores , con- solarlos en sus tribulaciones , hacerlos participantes de nues. tros bienes, siempre encuentran en nosotros: una amistad tierna, firme, generosa:, invencible: la virtud formó: nues: tra /amistad, solo: el. pecado: podrá separarla. Ved aquí la primera obligacion de la amistad de un hombre de bien para. con sus amigos; pero otro paso mas adelanta la amis- tado de un buen christiano con los suyos. Como miéntras vivimos en este mundo todos tenemos fáltas y pues como decia el evangelista amado de Jesus, si alguno piensa que no es pecador , él mismo se engaña; acontece muchas veces que el amor propio [nos engaña y alucina para que no conozcamos , ya la. vanidad: que nos domina , yá el interes disimulado de: estimacion y honra que nos arrebata, ya la envidia que nos devora, ya la impertinente curiosidad que nos: inquieta , ya otros muchí= simos defectos que tenemos :en-el corazon: «en estos casos y otros semejantes debe un amigo verdaderamente: chris» tiano advertir á su amigo sus defectos, para que apartána dolos de sí , consiga los bienes eternos que le desea: Es verdad, que para esto hay que tomar muchas precauciones para no dañar con-la advertencia en vez de aprovechar: Es necesario hacernos cargo que un amigo es la: medicina del alma, como dice la Sabiduría: Medicamentum vite (a), y esta medicina para que logre: su efecto no se hade apli- cax con rigor , importunidad ¡y desagrado , sino:con tal pru- dencia , dulzura y oportunidad ; que 'el'/mismo amigo co= nozca que-su amigo le desea todo bien”, y que es un ami- go christiano , y no un cínico importuno 'Ó «severo censor de su. conducta. ¿Qué ocasion mas oportuna para ganar un (a) Eccli. €. vr-v. 16, j Bi: O'

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