BCCPAM000538-3-03000000000000

SosrE nos PerIGros, Kc. 167 pondré en la segunda parte. En una palabra , vengo como ministro de Jesuchristo 4 enseñar cómo se evitan los escollos de la amistad , y cómo se cumplen sus obligaciones. Dulcísimo Jesus, y amabilísimo Maestro de las almas, ense: ñadme , Señor, con vuestra celestial doctrina á discurrir sobre un asunto, que arrastra todos los dias tantas almas al infierno, Sí, Dios mio; patente es á vuestros divinos ojos quántas al. mas inocentes se extraviáron del camino de la rectitud y jus- ticia, por no haber evitado los escollos y peligros que hallá- ron en las amistades que contraxéron. Vos lo sabeis todo; y no se os oculta quántos se han perdido por no cumplir las obligaciones de la verdadera amistad. Derramad sobre mi co» razon y los de mis oyentes vuestras gracias eficaces, para que todos cumplamos con nuestras obligaciones. Así os lo suplica- mos , Señor , por la intercesion de vuestra purísima madre María santísima, con cuyo patrocinio voy á demostrar las des grandes verdades que acabo de proponer. PRIMERA PARTE, No seria fácil que vosotros entendieseis los escollos de la amistad , ni que comprehendieseis sin error lo que tengo de deciros sobre el modo de evitarlos , si ignoraseis tres cosas, “que esencialmente pertenecen á nuestro intento; conviene á saber : ¿qué cosa sea la amistad? ¿quántas especies hay de amistades? ¿y qué diferencia se encuentra entre la amistad mundana y la christiana? Sin la inteligencia de estas cosas no podreis cumplir vuestra obligacion , ni-os serán útiles nues- tras fatigas. Entendedlas bien ; yo os lo suplico. La amistad no es otra cosa que una perfecta union de los corazones , formada por el mérito y la virtud , y confirmada por la semejanza de los hombres. La amistad, dice santo To- más , es un amor de mútua benevolencia , reconocido y de-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz