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1gO : «Sermón ¿VI ; rando hasta entregarle por estainfame pasion.en - nianos del presidente Pilatos , pedirle $u muerte, y cargarse los infe- lices con toda la sangre de un Dios: Sanguis ejus super nos , et super filios nostros (a). Dad pues vosotros , amados mios , gloria 4 Dios, y con» fesad ingenuamente la verdad: ¿por qué zaheris la conduc- ta de aquel comerciante honrado , de aquel ¡juez íntegro, de aquel artista laborioso , y de aquel aplicado. labrador? Vosotros mirais con enojo: sus. adelantamientos , que su casa florece , que su hacienda se multiplica, y “que su persona se estima; y consamidos de envidia viéndoos pobres por vues- tra ociosidad , vilipendiados por la corrupcion de vuestras costumbres , y desestimados por vuestros desórdenes , des- atais vuestra lengua en injurias contra vuestro próximo, y en murmuraciones contra vuestro hermano: Detractor rum- pútur igvidia , decia san Agustin, ef qua utatur via non valens, misi detrahendi libidine:::(b') Sí, señores , la envi- dia mueve la lengua de un: jóven libertino , que se mira aborrecido en-su pueblo por sus escándalos , «por su vida inquieta y pendenciera , p ra murmurar del otro jóven apli- cado al trabajo , obediente á sus padres y á sus amos, pa- cífico y devoto, negando sus buenas qualidades, infaman- do su virtud, y afirmando falsedades de su conducta. La maligna envidia es la que rompe las entrañas de esa doñ- cella sin pudor , al ver la estimacion que se merece la otra jóven por su honestidad, su modestia y su retiro; y vién- dose ella aborrecida y despreciada , prorumpe en murmu- raciones contra los padres y abuelos de aquella inocente, descubriendo entré los áridos huesos de los envejecidos di- funtos algun lunar , que afee la estimacion y buena fama (a) S. Matth, e, xxym y, 29. (b) S, August. de malo lingues

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