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, as pur e.” . mor o sl Dn ES IA PET io y" Contra ¡La MurMurAcioN. 147 ojos por no verla; y quando, á pesar de todas sus diligen= cias , no puede negar la gravedad de su delito, trata de dis- minuirle, excusándose con que fué sin ánimo de agraviar , y sin pasion contra la tal persona : Murmuratort semper excu- sationes in promptu sunt, decia san Efren. Al murmura- dor nunca le faltan excusas; pero la verdad va á convencer- los de que la pasion de vanidad , la pasion de envidia , la de venganza y libertinage son el maligno principio de su pestí- fera murmuracion. Escuchadme con toda vuestra atencion , y comprehendereis los afrentosos principios de vuestro pecado. 1. He dicho, y lo repito , que la pasion de yanidad mue- ye á unos la lengua , para que, como una espada de dos fi- los , hiera vivamente la reputacion y buen nombre de sus próximos. Acordaos , para entender esta verdad , de lo que sucedió á Absalon con su buen padre David. Acudiéron los hijos de Israel al tribunal de aquel santo rey con sus respec- tivas pretensiones : poníase á la puerta del despacho aquel inconsiderado infante; é informándose brevemente de los asun- tos , lleno de vanidad insufrible decia á los pretendientes : me parecen justos y razonables vuestros negocios ; pero tenemos la desgracia de que todo el gobierno va trastornado , ni el rey mi padre hace justicia , mi se hallan ministros que , en nombre del rey , atiendan los méritos verdaderos : Non est qui te au- diat constitutus d rege(a). ¡O, si yo manejara las riendas del gobierno , qué tono tan diferente Jlevarian los asuntos! la paz , la abundancia y la felicidad pública se verian en to- das partes; pero en el sistema presente todo es un desór- den , una maldad é injusticia: Quis me constituat judicem super terram , ut ad me veniant omnes qui habent nego- tium , et juste judicem? He aquí un jóven sin talentos, (e) Lib, 1, Reg, c. xy. y. 3»