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pro A A e A TAR > : Lu 2H —— — A —. - -- nd == LA = 146 Sermon VI PRIMERA PARTE. Ya es muy antiguo en el hombre buscar excusas al peca: do , quando mo puede negar su deformidad y su injusticia. Nada ménos que desde" £dan vemos en el mundo los exem: plares mas demostrativos de esta verdad. No pudo aquel pri- mer padre de los vivientes negar su transgresion del divino mandamiento ; pero procuró disminuir su gravedad , excusán- dose con la muger , que el mismo Dios le habia dado. Eva trató tambien de refundir su pecado sobre el engaño de la serpiente ; y si el demonio hubiera hallado 4 quien echar la eulpa de todos aquellos males , se hubiera excusado tambien: Mulier quam dedisti mihi sociam , dixo Adan. $. erpens decez pit me , respondió Eva (a). No de otra suerte ,'amados oyen- tes mios, ha sucedido en la sucesion de los siglos. Todos con- fesan que el pecado de la murmuracion excluye del reyno de los cielos , como lo dice con:terminantes palabras el gran- de apóstol san Pablo (b). María ;, hérmana de Aarom, cubier- ta de lepra ; Semei , castigado con muerte violenta : los babis lonios , devorados por:los leones por haber hecho sospecho- sa con el rey la religion de Daniel : Coré, Datán y Avirón, tragados vivos de la tierra ; y sepultados en el infierno .por ha» ber murmurado contra Moyses, son testigos bien abonados de esta verdad. Todos reputan por grave injuria destruir la re- putacion , amancillar el honor , y despedazar el buen nom- bre , imponiendo al próximo crímenes que no ha' cometido, descubriendo los que estaban ocultos, ó aumentando los ver: daderos. Nadie lo niega , nadie ha dudado-jamas una verdad tan manifiesta : solamente el murmurador parece que cierra los (a) Genes. c. 111. v. 12, et 13: (b) Weque fornicarii::: neque maledici regnum Dei possidebunt. Epist. D. Paul. 1. ad Corinth. c. vi. y. 10.

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